«Si no nos dan nada nos veremos obligados a entrar en alguna casa que veamos vacía». Las semanas en la calle y el frío pesan ya mucho en el ánimo de una pareja joven, que también se encuentra en tratamiento médico. Isabel, de 33 años, detalló que tiene reconocida una discapacidad del 65 % por un transtorno de personalidad. Isaac, de 26 años, por su parte, asegura estar tomando antidepresivos y que tiene fobia a los espacios cerrados, por lo que contempla como muy remota la posibilidad de subirse a un tren para regresar con Isabel a Tarragona donde, según asegura, sí podrían vivir con su madre. Los 365 euros de su pensión apenas les llegan para comer un par de semanas aunque, con todo, se muestran dispuestos a destinar buena parte de este ingreso a un alquiler si alguien les ofrece un techo. p. f. alzira