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El Perelló se rebela contra los badenes

Los comercios auguran la pérdida de clientes si se mantienen los resaltos al aumentar el tiempo empleado para realizar el trayecto desde Valencia Los agricultores afirman que los montículos dañan la cosecha cuando se transporta a la cooperativa

El Perelló se rebela contra los badenes

La unión hace la fuerza. O al menos así lo entienden las asociaciones locales de El Perelló, que a partir de mañana inician una serie de actuaciones para denunciar las obras que se están realizando en la carretera CV-500 que enlaza el municipio con Valencia. Se trata de la principal vía de llegada de turistas y vecinos de la capital que frecuentan la zona los fines de semana y en verano, por lo que los comercios auguran una buena pérdida de clientes si se mantienen los badenes colocados en la calzada, los cuales limitan aún más la velocidad y aumentan el tiempo empleado para realizar el trayecto desde la capital.

Los comercios presagian un verano negro si no se solventa la situación, aunque son los labradores quienes están padeciendo ya los efectos de estos resaltos al encontrarse en plena temporada de la verdura china. «Nuestro género es perecedero y se deshidrata si está más de una hora al sol, por lo que tenemos que realizar todos los días 6 o 7 viajes para descargar la mercancía en las cámara frigoríficas de la cooperativa», explica Emilio Nicola, miembro de la junta directiva de Unipro. «Cuando transportamos las verduras, los remolques pasan por encima de los altillos y las cajas paletizadas se desconjuntan, lo que provoca daños en los vegetales que luego se nos descuentan porque ya no son aptos para la venta», añade Nicola. «Y encima, como no podemos pasar a más de 10 kilómetros por hora por encima de los resaltos por que si no corremos el riesgo de que el remolque vuelque, generamos una cola que enerve a los conductores».

De hecho, hasta el momento la maquinaria agrícola o los coches con remolque cargados con género transitaban por el arcén, lo que permitía a los vehículos adelantarlos de un modo cómodo. Sin embargo, la tranformación del arcén como carril bici obliga a los tractores a transitar por la misma vía que los turismos, lo que genera retenciones mucho mayores. Por eso, una posible solución sería la restauración del carril bici como arcén contando con el ancho considerable que se le ha dotado con las obras, lo que permitiría a los turismos adelantar facilmente a los vehículos agrícolas.

Efectos negativos en el turismo

Unas de las cuestiones que más preocupan a los negocios locales es la pérdida de clientes. A los ya limitados 50 k/h. que establece la calzada, ahora los badenes obligan a los coches a circular a menos de 25 km/h., lo que entorpece el tráfico, aumenta considerablemente la duración del trayecto y genera una colas que hasta el momento solo se generaban en verano o algunos fines de semana. «Lo que antes te costaba 20 minutos ahora te va acostar el doble», indica el hostelero y agricultor José Gabino. «La gente se lo va a pensar dos veces a la hora de venir a desde Valencia a comer un arroz si tardan casi lo mismo que si se desplazan a Xàbia por la autopista», indica.

Gabino explica que «antes teníamos en la carretera en su paso por El Perellonet un pequeño carril de desaceleración para acceder a las urbanizaciones y los coches que venían por detrás los adelantaban por la derecha, pero es que ahora no lo van a poder hacer y los vehículos se tendrán que esperar hasta que el turismo de delante pueda cruzar», asegura. El tema puede afectar también a la seguridad del municipio. «Si hay un incendio o algún accidente, los bomberos y la ambulancia no van a poder acceder rápidamente», añade.

También es crítico el vecino Carlos Castelló, quien posee un centro de osteopatía en la localidad. «La palabra es chapuza. Tengo clientes que vienen de Valencia y ahora se lo van a replantear si les cuesta el doble venir hasta aquí que lo que les costaba», explica. Castelló, además, no entiende como se han llevado a cabo las obras. «No han avisado ni a los alcaldes. Lo han hecho de la noche a la mañana, sin dar tiempo a que el ciudadano actuara».

Por último, los vecinos creen que muchos propietarios van a querer vender sus apartamentos si no se les facilita la llegada, aunque «con el estado actual de la carretera no encontrarán comprador».

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