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La intensa lluvia condicionó el alud de piedras de la Casella

Los especialistas estudiarán mañana la zona en la que se desprendió una roca de varias toneladas que cruzó la carretera tras derribar pinos y un muro

La intensa lluvia condicionó el alud de piedras de la Casella

Personal del Servicio de Riesgos Geológicos de la Diputación de Valencia se desplazarán mañana a Alzira para estudiar el desprendimiento registrado el martes en el valle de la Casella, que acabó con una roca de varias toneladas del peso cruzando la carretera de la solana, una vía muy transitada por vehículos, ciclistas y corredores, hasta detenerse en un campo de naranjos.

Todo apunta que la lluvia de los últimos días puede estar en el origen de este desprendimiento, si bien serán los expertos los que determinen si se deben tomar medidas a corto, medio o largo plazo para evitar que se repita un episodio similar, dado el peligro que entraña. El ayuntamiento solicitó nada más producirse este percance la ayuda urgente de la diputación y el concejal de Medio Ambiente, Pep Carreres, confirmó ayer que el personal del Servicio de Riesgos Geológicos se desplazará mañana a primera hora para inspeccionar «in situ» la montaña y, según dijo, si el mal tiempo no lo impide, subir incluso al lugar donde se originó el desprendimiento.

Algunos testigos consultados por Levante-EMV sitúan el origen en la misma cubre de la montaña. El ayuntamiento advirtió inicialmente que parece que se trata de un hecho puntual ya que, por una parte, no existen precedentes cercanos en el tiempo de desprendimientos similares ni tampoco se ha detectado una acumulación de piedras en la falda de la montaña que permita concluir que son frecuentes estos episodios, si bien Carreres se mostró prudente a la espera del informe que pueda emitir este servicio específico de la diputación, que ya actuó en Alzira hace unos años para evitar la caída de piedras en el barrio de la Graella desde la Muntanyeta de San Salvador. «Hay que verlo, a partir de lo que nos digan se sacarán conclusiones, porque la piedra es impresionante», incidió el edil.

Un kilómetro hacia abajo

El desprendimiento se produjo el martes al mediodía y arrastró un buen número de piedras, aunque sólo una roca, la de mayor tamaño, llegó hasta la carretera tras recorrer según algunos testigos una distancia de un kilómetro. En este trayecto derribó pinos -«eran como palillos», fue la descripción que realizó un testigo presencial-, frutales de un campo, una valla y un muro antes de impactar en la carretera, donde dejó su huella, y detenerse en un campo de naranjos. Diversas fuentes estiman el peso de esta gran piedra entre cuatro y seis toneladas. La piedra permanece en el campo a la espera de que los peritos del seguro puedan comprobar sus consecuencias y posteriormente se partirá para ser retirada.

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