El franquismo asesinó a miles de personas durante la dictadura y empezó con posterioridad una represión cultural para acallar el recuerdo y la memoria sobre el periodo democrático de los años treinta. Con ello, la nueva democracia restablecida en los setenta quedó a menudo sin referentes, con una clase política que tampoco quiso recuperar la experiencia de cientos de miles de personas que lucharon por la pluralidad política tanto en territorio español como europeo. Sueca vive estos días un nuevo capítulo de dicho proceso de invisibilidad de los demócratas que lucharon contra el fascismo. El Fòrum per la Memòria de Virtudes Cuevas tira la toalla.

El ente se ha encargado durante años de recuperar la historia de Virtudes Cuevas, una suecana que luchó durante la guerra contra el golpe de Estado de los afines a Franco y una vez en el exilio combatió a las tropas nazis hasta acabar en el campo de exterminio de Ravensbrück. Fue premiada por Charles De Gaulle una vez finalizó la contienda mundial con la máxima condecoración que ofrece el Estado francés, la Legión de Honor del ejército galo.

La asociación cultural de Sueca justifica el abandono de sus actividades por la falta de ayudas y apoyo por parte del ayuntamiento que comanda Raquel Tamarit (de Compromís). Después de años de actividades, los voluntarios que han mantenido viva la voz de la republicana han cerrado la web y consideran que no pueden continuar con su proyecto si la institución no se vuelca en su ayuda, por ejemplo con la conversión en museo de la casa que Virtudes Cuevas cedió al ayuntamiento antes de morir. Sigue sin recibir una partida importante que haga de la vivienda un símbolo de la lucha contra el fascismo. La alcaldesa suecana alega que la casa de Cuevas no cuenta con la características necesarias para convertirse en un museo y que el ayuntamiento no tiene suficientes fondos para poder gestionarlo. Ponen como ejemplo la gestión (que ha sido privatizada) del museo dedicado a Joan Fuster. El ayuntamiento, sin embargo, se lamenta por la desaparición del Fòrum y dice que para este año se había reservado una partida presupuestaria para poder acondicionar la sede con algunos muebles. Tamarit aceptó que, una vez la asociación privada ha tirado la toalla, «el ayuntamiento no tiene programadas actividades para recordar la figura de Virtudes Cuevas. Algo tendremos que hacer».

La asociación homenajeó recientemente a Virtudes Cuevas y Amado Granell, este último protagonista de la liberación de París y fallecido en un accidente de tráfico en Sueca después de sobrevivir a tres contiendas bélicas. Está enterrado en el cementerio suecano. La falta de apoyo del Ayuntamiento de Sueca a la asociación viene de lejos, pues hace unos meses también se rechazó en el pleno dedicarles dos calles a estas figuras históricas. «No tenemos calles para poner su nombre. Lo fácil hubiese sido decir que sí, pero no tenemos calles», ratifica ahora la alcaldesa, Raquel Tamarit.

Una vida de película

Virtudes Purificación Cuevas Escrivà, nacida en Sueca en 1913, fue conocida en la resistencia francesa como «Madame Carmen» o «Madame Vidal». Es un símbolo mundial de la lucha contra el fascismo. No tardó en afiliarse a las Juventudes Socialistas Unificadas y durante la guerra de 1936 se alistó en el Quinto Regimiento. A medida que avanzaban las tropas franquistas se desplazó a Cataluña y llegó a Francia, donde se alistó en la resistencia. Actuó como enlace y abasteció de alimentos a militantes anarquistas, comunistas y socialistas con la puesta en circulación de propaganda, información y armas. Sobrevivió a Ravensbrück junto a Geneviève de Gaulle y fue condecorada por el presidente galo.