El sindicato UGT denunció ayer la brutal agresión sufrida por un agente interino de la Policía Local de Carlet el pasado 29 de diciembre a manos de un corpulento vecino de la localidad muy aficionado a las artes marciales. El agente se encontraba, fuera de servicio, comprando en un supermercado del municipio cuando el agresor le atacó. Comenzó estrangulándole y le propinó numerosos puñetazos antes de que consiguiera zafarse. Cuando llegaron los efectivos de la Guardia Civil y de la policía carletina el matón ya se había marchado. Desde entonces, lleva en paradero desconocido. Las cámaras del recinto grabaron la secuencia de la brutal agresión.

Los motivos del altercado se remontan a un encontronazo previo entre ambos. Al parecer, según ayer explicó el sindicalista Paco Santisteban, «el policía estaba realizando labores de seguridad vial enfrente del colegio Sant Bernat cuando el supuesto agresor permanecía en su vehículo estacionado sobre un paso de peatones. Cuando el agente le dijo que moviera el coche, este se negó y más tarde salió del lugar pisando el acelerador y llegando a atropellar levemente al policía». El agente dio parte de lo sucedido y tiempo después el juez citó a ambas partes para prestar declaración. Esto no le sentó nada bien al agresor, «que se la tenía guardada y, al encontrase ese día con el agente, le agredió brutalmente».

Según indica UGT, la agresión tuvo lugar en la zona de cajas del establecimiento y provocó el griterío de quienes se encontraban comprando. De hecho, el atacante -de complexión fuerte y más de 1,80 metros de altura- llegó a salir del recinto con su novia, pero regresó gritando «te voy a matar» para golpear violentamente al policía de paisano. «Si no se consigue liberar lo mata», añade el sindicalista. Al parecer, se trata de una persona violenta con numerosos antecedentes por pequeños altercados. La Guardia Civil le describe como un bronquista agresivo.

UGT aprovechó la comparecencia para solicitar más seguridad para los interinos, «que se ven obligados a patrullar sin armas de fuego» y exigir la compra de pistolas eléctricas. El sindicato considera indignante que el consistorio no se haya interesado por el agredido, que sigue de baja recuperándose, y que todavía no se haya personado como acusación particular.