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Los recuerdos de la palabra

Luis del Olmo se suma mañana a la larga lista de personalidades que han pronunciado el pregón

José Antonio Maldonado y José Palacios, en el ermitorio. alfonso rovira

Conocí a la que iba a ser nuestra pregonera, compañera de profesión, en Xátiva el 6 de agosto de 1988, cuando se celebraron los primeros juegos florales a la Virgen de la Seo, al mismo tiempo que se había declarado Año Santo Mariano en la capital de la Costera. Tuve la oportunidad de grabar su interveción como pregonera en la Seu, documento que conservo en mis archivos.

Su parlamento se iniciaba expresándose en valenciano: «Mare de Déu de la Seu, regina de Xàtiva; senyor abat; batle i corporació municipal, camareras de la Verge, confradia, alets, poble de Xàtiva, senyors? senyors, perque tenen senyorio...» Ya en castellano, añadía: «Xàtiva, profundamente valenciana, aunque íntimanente vinculada con Roma, desde sus orígenes -la llamaban Saetabis-, hasta el hecho de haber sido la única ciudad de España que dio la cuna nada menos que a dos papas. ¡Y qué Papas! Calixto III y Alejandro VI».

Los responsables de la Junta de Hermandades y Cofradías pueden dar gracias al gran comunicador radiofónico Luis del Olmo, por haber aceptado la responsabilidad de sustituir en tan corto plazo a Paloma Gómez. Sin lugar a dudas, será un gran pregón. En el transcurso del acto, presentado por Clara Eugenia Aledón, se recordará emotivamente a Paloma. No obstante, seguirá la programación proyectada con la actuación del barítono Luis Santana y el pianista Antonio López.

De los pregoneros que llegaron hasta Alzira recuerdo muchísimas anécdotas. Como la de Joaquín Calvo Sotelo, cuando el presidente de la Junta, Bernardo Carrió, le preguntó, «don Joaquín, ¿cual es su minuta?». Respondió con acreditada socarronería: «¿Cuánto le consignaron al anterior pregonero?» - Gregorio Peces-Barba-.«Pues a mí me añade una peseta». Otro año, al llegar el cardenal Tarancón a la puerta del ayuntamiento -era la una y media en punto de la tarde- al que suscribe, micrófono en mano, le dio paso Bernat Clari en el informativo Terra Nostra, de Radio Alzira y el purpurado comentó: «Sou més fanfarrons que els del meu poble -Burriana-, cridar a un cardenal per que vos faça el pregó...».

El sábado 3 de abríl de 1993 vino a Alzira para pregonar la Semana Santa Manuel Almendros Muñoz, periodista, poeta y escritor. Su parlamento aquella tarde en el Gran Teatro Municipal, comenzó diciendo: «Vengo de fuera del alfabeto y de una bella y cándida provincia, donde amanece el Júcar. Ese manantial de abrazables y ciegas palpitaciones, que tantas veces han hecho de vuestras primaveras azules, gólgotas de tristeza y llanto; y a ese ilirio de plata, turbillón de frutos, le he robado dos lágrimas dolientes de penitencia que quieren implicar perdón por sus descomunales desafueros, para que jamás el agua se convierta en tragedia y sí en abundante cielo de frutos y de esperanza». Almendros puso de relieve que no existe una fórmula preestablecida de cómo se hace un pregón, pues de haberla serían todos los pregones muy parecidos y el resultado sería frío. «Un pregón sale del corazón y, como tal, ha de ser espontáneo y fresco».

Almendros terminó su parlamento diciendo, «no quiero irme sin dejar mi voz incendiada en los labios de María; mi voz cansada en los ojos de María; con voz de niño, en manos de María; mi voz de pecador, en la bondad de María; mi voz y mi alma, en nuestro Padre y mi inocencia y mi locura, en la respiración de las mujeres de Alzira, tantas y tantas madres, mujeres, azahares, restallando la entrega y la pureza por nosotros los hombres, que al fín, sólo somos tierno coágulo de Cristo y un diluvio de espinas muy pequeñas y sin embargo en Alzira ríe la luna de abril».

El anecdotario sería inacabable, pero no me resisto a mencionar a José Antonio Maldonado , de cuya presentación se encargó mi hija Pilar, quien al terminar el texto para dar paso a su parlamento, decía, «Quién mejor que para hablarnos del "Cielo", venga «el hombre del tiempo».

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