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Campo valenciano

El caqui como última esperanza

La crisis de la citricultura y el mal arranque de la fruta de verano dejan a los agricultores de la comarca sin apenas alternativas - AVA-Asaja exige la unión de productores, comerciantes y cooperativas

El caqui como última esperanza

El alginetino abrió el turno de conferencias y habló sobre la mosca blanca y el hongo del caqui. La campaña pasada fue dañina en ese sentido por el efecto de las múltiples lluvias y la humedad y en la última etapa hubo algunos problemas para comercializar el producto en los mercados. Todo ello ha provocado que los comercializadores estén este año más pasivos, a la expectativa de conocer el número de kilos y su viabilidad en los mercados. El productor teme que esa ecuación se acabe traduciendo en una bajada generalizada de los precios.

Este año, por el momento, los tratamientos contra las plagas están dando sus frutos, sobre todo gracias a que se han podido aplicar productos preventivos que el año pasado estuvieron prohibidos. «Se tiene que invertir en la investigación de nuevos tratamientos pero como el mercado del caqui todavía es limitado, no están por la labor. Deben aparecer, por ejemplo, más productos y más baratos contra la mosca blanca», argumentó Vicente Carmelo. La experiencia con los parásitos del año pasado ha obligado a los agricultores a realizan más tratamientos esta temporada. En la zona de la Ribera han tenido lugar hasta tres intervenciones contra el hongo, más dos contra la mosca blanca. Con productos, además, especialmente caros, ya que un litro cuesta alrededor de 100 euros, con el que se protegen unas siete hanegadas. Algunos agricultores han llegado incluso a los diez tratamientos.

Ayudas europeas

Ante el crecimiento de los gastos para seguir ofreciendo caquis de calidad suprema, Carmelo invitó también a los presentes a seguir con el proceso de unión de todos los agentes vinculados al fruto «porque de lo contrario va a pasar como con la naranja». «Estamos inmersos en dos o tres años claves para el cultivo del caqui y es necesario que se produzca una mayor promoción de la fruta para llegar a más y mayores mercados, que se impliquen las instituciones políticas y que, por ejemplo, se cree una interprofesional del caqui para conseguir ayudas a nivel europeo», añadió Carmelo.

En la actualidad, la Ribera, como máxima exportadora del caqui, «sólo» comercializa en el exterior 400.000 toneladas, «algo irrisorio si se compara con las manzanas o las peras», arguyó el nuevo delegado de Alginet. Los máximos consumidores del fruto ribereño son Alemania, Francia y después el resto del territorio español, con cierta incidencia también en suelo italiano. Carmelo exigió al Ministerio de Agricultura que elabore protocolos para llegar a países como China o Japón, que cuentan con producción de caquis pero su extenso mercado permitiría la comercialización de frutos valencianos. También se reclaman soluciones para volver a introducirse en Rusia, una población que fue durante años la mayor consumidora y a la que ahora se accede por terceros países que encarecen el producto y reducen los beneficios.

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