Alzira quiere convertirse en una ciudad limpia de chicles. Por ese motivo instalará contenedores especiales en diversas ubicaciones estratégicas para eliminar la desagradable huella que deja en el suelo, cuya retirada, además de cara, es muy complicada. La empresa local Nemain Levante ha sido la encargada de realizar el diseño de los recipientes y asegura que éstos son los primeros que se ponen en funcionamiento en España. En principio, se ubicarán 25 unidades en parques, colegios y plazas. Además, hoy mismo se inicia una campaña para concienciar a los vecinos para que hagan uso de esos receptáculos y erradicar así el mal hábito de escupirlos directamente en el pavimento.

Paco Felguera, uno de los dos inventores del contenedor, explicó ayer el origen del mismo: «Todo nace de una idea que nos traslada Fernando Pascual (concejal de Gestión Urbanística), él nos explicó el problema que existía con el tema de los chicles y empezamos a investigar, buscamos por internet y no encontramos nada, así que nos pusimos en marcha con nuestro invento». Según Felguera, es la primera vez que se patenta un contenedor de este tipo en España, y sólo existen algunos similares en el extranjero». Londres y Buenos Aires son de las pocas ciudades que un sistema semejante.

Los contenedores, recuerdan, en cierta manera al producto para el que están destinados: son redondos y de color rosa chicle. En su interior hay un recipiente con una bolsa de plástico, donde se depositan. «Hay que sensibilizar y visibilizar, por eso tiene ese tono tan llamativo y atractivo, ya que buscamos que esa gente que normalmente le da pereza acercarse a una papelera normal, lo haga con ésta, y que se convierta en un elemento más del mobiliario urbano; pensamos que es algo que se puede conseguir», aseguró Felguera.

Se instalarán 25 unidades en lugares estratégicamente repartidos por la ciudad: «colegios, lugares de consumo, parques y en la plaza Mayor», concretó el inventor del producto. Hoy mismo se pondrá en marcha, además, una campaña de concienciación en los colegios, con el reparto de dípticos informativos y chicles. «Es cierto que ahora, acabando el curso, no es el mejor momento, pero es un primer paso, hay que ir poco a poco y en septiembre continuaremos para así refrescar la memoria a los pequeños que vuelven de vacaciones y al resto de vecinos», afirmó Felguera, quien no descarta que este mecanismo llegue a más ciudades de España

La goma se recicla

El propio Pascual explicó que, además, los chicles que se recojan en los pioneros contenedores tendrán un segundo uso: «La empresa Comercials de Reciclatge Alzira los reciclará y posteriormente se venderán, hay que recordar que los chicles son, en definitiva, goma de mascar, entonces se convertirán en productos como ruedas de caucho, globos u otros fabricados con plástico». El concejal, a su vez, recordó que con esta inversión, de unos 3.000 euros para el primer lote, el ayuntamiento ahorrará dinero, «el coste de eliminar un chicle del suelo es de unos 45 céntimos, con este tipo de inventos podemos evitarlo».

El concejal de Educación, Pepe Grau, también estuvo presente en la presentación del nuevo proyecto, ya que desde hoy y durante los próximos días se pretende concienciar a los más jóvenes, antes de que acabe el curso. «Queremos trasladar un mensaje muy sencillo que es que el chicle tiene que ir a la papelera y no a tierra, hay que llevar esa idea a los escolares, porque es ahí donde debemos fomentar los hábitos de civismo y convivencia, que se deben inculcar desde pequeños», aseguró Grau. El edil aseguró que, además, se realizaran charlas y actividades en los centros.