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Legado histórico del esplendor de Corbera

El historiador del arte Pablo Clari construye un itinerario turístico que permite recorrer monumentos y ruinas medievales de la antigua baronía

Legado histórico del esplendor de Corbera

Al menos desde la Edad Media y hasta el siglo XIX, la Vila i Honor de Corbera fue una realidad geográfica, social y administrativa. Su jurisdicción en época medieval no se circunscribía a lo que hoy es el término municipal de Corbera sino que agrupaba una serie de pequeñas alquerías, alrededor de una veintena, que se dispersaban en torno al castillo. Unas se despoblaron, desaparecieron con el tiempo y, con la nueva ordenación territorial, quedaron como meras partidas rurales de los nuevos municipios. Otras continúan habitadas convertidas en pueblos. Es el caso de Polinyà, Riola, Fortaleny, Llaurí o Benicull, además de Corbera, donde se concentraba el poder local. El historiador del arte Pablo Clari Hidalgo ha diseñado un itinerario arquitectónico, que cuenta también con una vertiente turística, que recorre una serie de construcciones, de origen medieval mayoritariamente, que se localizaban en antiguas alquerías de la señoría de Corbera aunque el olvido sufrido ha condenado a algunas de ellas a la ruina. El denominado «Paseo por la Vila i Honor de Cobera medieval. Ruta arquitectónica» fue presentado por Clari como una ponencia en la primera jornada del reciente congreso de Arquitectura Tradicional y Patrimonio (Tradiarq) de la Ribera.

Once kilómetros de historia

El itinerario de aproximadamente once kilómetros arranca en un lugar simbólico, el puente sobre el Xúquer a la entrada de Albalat -que fue construido a principios del siglo XX como alternativa al antiguo paso en barca que ya aparece citado en el «Llibre dels Feyts de Jaume I»- y realiza la primera parada en la Granja de Sinyent, una joya del gótico civil valenciano actualmente propiedad del sindicato agrícola AVA que ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por su alto valor histórico y arquitectónico. Pablo Clari detalla que se trata de una construcción relacionada con la antigua alquería de Sinyent, de la que no se conserva nada «posiblemente debido a que estaría compuesta por construcciones de barro y las diferentes avenidas del Xúquer la han hecho desaparecer».

La ruta arquitectónica continúa por el Camí Vell d´Alzira, en paralelo a la CV-505 y en dirección a Polinyà, para visitar la ermita de Sant Sebastià, un construcción que, según comenta Clari, si bien no tiene un origen medieval como tal, está datada a principios del siglo XVI «con una arquitectura aún gótica como muestra el arco de ladrillo que se conserva en el interior». La ermita consta de dos partes, un porche de entrada abierto con grandes arcos de medio punto en tres de los lados mientras que, en el cuarto, se ubica el acceso a la pequeña capilla, cuadrada y presidida por un gran arco apuntado de estilo gótico realizado en ladrillo.

El trazado continúa por el Camí de l´Ermita durante 1.100 metros hasta llegar a la Sèquia del Rei, donde se toma la CV-508 en dirección a Corbera para ir a buscar la ermita de Sant Miquel, ubicada en el cerro del mismo nombre.

De torre islámica a ermita

Pablo Clari detalla que los orígenes de esta construcción se remontan a antes incluso de la edificación de la iglesia -en los alrededores se han encontrado restos de la Edad del Bronce, datándose incluso un poblado entre el 1700 y 1600 a.C.-, aunque apunta que el germen de la iglesia es una antigua torre islámica que formaba parte de la red de vigilancia del castillo de Corbera. «Una construcción musulmana militar se transforma en una edificación cristiana religiosa y aunque ahora sea una ermita, se trató de una parroquia de todas las alquerías de la Vila i Honor de Corbera, mandada construir por el propio Jaume I, quien el 12 de julio de 1276 realizó la donación de una montaña en Corbera para la construcción de una iglesia», relata.

El historiador del arte destaca que se trata no sólo del punto más alto de la que fue Vila i Honor de Corbera sino también de un emplazamiento céntrico y accesible desde cualquiera de las alquerías y que la iglesia se convirtió «en el centro religioso por excelencia y, por tanto, uno de los puntos de reunión más importante de la Ribera Baixa medieval».

La construcción en Riola de la parroquia de la Vila i Honor de Corbera en el siglo XIV supuso su conversión en ermita y, cuando en el siglo XIX se disuelve la Vila i Honor, la ermita pasó a manos municipales hasta que se abandonó.

El Molí de Monsalvà

El ruta arquitectónica continúa en dirección a Riola para ir a buscar el Molí de Monsalvà, que se localizaba en la antigua alquería del castillo de Corbera con este nombre. Está datada su existencia desde el siglo XIV. Clari detalla que el molino se utilizó para moler trigo, arroz y maíz. «Era propiedad de la baronía de Corbera hasta la desamortización, cuando pasó a manos privadas», explica, mientras recuerda que estuvo en uso hasta entrados los años sesenta del siglo XX y finalmente fue adquirido y restaurado por la Mancomunitat de la Ribera Baixa.

El itinerario enfila desde aquí hacia su última parada: el castillo de Corbera. «El castillo lo podemos dividir en tres niveles: el primero y más bajo, la barbacana, junto a la puerta de acceso; el segundo cuerpo, el de guardia, es el más grande y donde se localizó la histórica villa de Corbera hasta que finalmente bajó a la falda de la montaña y, por último, en la parte más alta, encontramos la celoquia y lo que serían las estancias señoriales a partir de la conquista cristiana», detalla Clari.

De la gloria a la ruina

De origen islámico, fue cedido tras la conquista a diferentes ballesteros de Tortosa como agradecimiento de Jaume I. Su decadencia llegará a partir del siglo XVI cuando los ataques continuos de los agermanados de Alzira y Sueca dejarán la fortaleza «en un estado lamentable» por lo que se abandonó. «La sentencia de muerte llegará en el siglo XVII con Felipe IV cuando en el año 1640 se da permiso a los habitantes de Corbera para subir y coger todo lo necesario para sus nuevas casas fuera del mismo, quedando el castillo en estado de ruina hasta la actualidad.

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