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Conflicto

El cura de Favara reparte su saluda en octavillas tras excluirlo el ayuntamiento del libro de fiestas

La alcaldesa alega que se ha dado voz a todas las asociaciones, incluidas las religiosas, pero que la Iglesia es una institución

El cura de Favara reparte su saluda en octavillas tras excluirlo el ayuntamiento del libro de fiestas

El sacerdote Juan Enrique Pascual Tomás es el responsable de las parroquias de Fortaleny, Llaurí y Favara. Se da la circunstancia de que las tres poblaciones donde ejerce están gobernadas por tres mujeres y las tres de partidos de izquierdas. La convivencia de las dos instituciones, pública y eclesial, podía considerarse hasta ahora como excelente en las tres poblaciones de la Ribera Baixa. Pero el párroco ha puesto el grito en el cielo por lo que considera una afrenta a la institución que representa por parte de los responsables municipales de Favara.

Tradicionalmente, según el propio párroco, en el libro de las fiestas se incluía un apartado donde la Iglesia como institución felicitaba a todos los feligreses y vecinos con motivo del inicio de las fiestas. En el año 2015 por premura de tiempo, ya que las elecciones habían sido tan solo un mes antes, y en 2016 por motivos de espacio, en el libro de fiestas solo aparecieron los saludas de la alcaldesa y el concejal de Fiestas. Pero en esta ocasión, el ayuntamiento no ha incluido espacio para esta felicitación parroquial, por lo que el sacerdote ha decidido realizarla entre los asistentes a los actos religiosos en forma de octavillas. Juan Enrique Pascual ha mostrado así su malestar con la decisión tomada por el equipo de gobierno de excluir su saluda.

El cura, aún considerando su relación con el ayuntamiento como buena, afirma que no consigue entender «el porqué de ese desaire con la institución que represento. Me puse en contacto con la alcaldesa y me comentó que la decisión de este año era dar participación ciudadana a todas las entidades y asociaciones locales que organizaban actos por el pueblo. Me quedé extrañado, porque nosotros realizamos también bautizos, bodas, comuniones», comentó José Enrique Pascual.

La voz de las asociaciones

La versión de la alcaldesa de Favara, Oro Azorín (Compromís), sin embargo, no coincide con la exposición del párroco. Según la alcaldesa, «en el 'llibret' se han realizado dos partes muy diferenciadas y así se explica en el mismo. Por un lado está la parte dedicada al programa de festejos y al saluda del concejal y la alcaldesa y, por otro, está un apartado de 'Participación ciudadana' en el que se ha dado voz a todas las asociaciones, tanto culturales, como deportivas o de ocio, que trabajan de forma altruista para hacer que Favara siga creciendo día a día».

La alcaldesa afirma que cuando el párroco le pidió explicaciones del porqué no estaba incluido su saluda le explicó que «el 'llibret' está dedicado a todas y cada una de las asociaciones existentes en Favara y que la Iglesia, como tal, no es una asociación sino que es una institución. Igual que el ayuntamiento no publica bandos en el 'Aleluya', la revista oficial de la institución eclesial, esta última no tiene que interferir en el trabajo de la institución municipal».

La alcaldesa subrayó que el ayuntamiento ha buscado que el «llibret» de fiestas sea una «Veu del poble» en el que las asociaciones puedan explicarse y darse a conocer.

Azorín indicó que «siempre he respetado a la Iglesia. De hecho, mi familia es creyente e ir contra la Iglesia sería ir contra mi propia familia. El respeto a todos los vecinos es por igual, de hecho, los miembros de la cofradía de la Vera Creu, una asociación vinculada directamente con la Iglesia, sí están representados también en el 'llibret' 2017».

El párroco, sin embargo, afirma no entender por qué no ha sido incluida Cáritas, que sí trabaja en el municipio, a lo que la alcaldesa responde que no está inscrita en el registro de asociaciones locales y que en el momento que lo haga se incluirá sin problemas en el «llibret» del 2018.

Estas fiestas dedicadas a la Vera Creu, la Divina Aurora, La Purísima, San Lorenzo, San Joaquín y San Cristóbal, quedarán marcadas por la polémica creada con el reparto de octavillas en la parroquia, además de las oraciones.

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