El azar pesa más que las urnas en la elección de las falleras mayores de la Ribera. Un sorteo designó hace apenas una semana a Mª José González como la primera fallera mayor de Alberic. La práctica de recurrir a una mano inocente que extraiga una bola o un papel con un nombre está más extendida de lo que se pudiera pensar, si bien la escasez de candidatas ha provocado que en muchas ocasiones ni siquiera se haya llegado a celebrar el sorteo, un sistema de elección que se aplica en Sueca, Benifaió o Villanueva de Castellón y, desde este año, también en Alberic. Por contra, sólo Alzira y Algemesí recurren a una votación para elegir a las máximas representantes josefinas mientras que en Carcaixent es la Junta Local Fallera la que busca a una aspirante y, con la complicidad de la familia, suele organizar en secreto el acto de «nomenament», que se convierte en toda una sorpresa para la elegida.

Con todo, el sistema de elección de las falleras mayores presenta en cada municipio una serie de particularidades. En el caso de Alzira, por ejemplo, la JLF abre un plazo para formalizar candidaturas tanto para el cargo de fallera mayor, adulta e infantil, como para formar parte de las cortes de honor. El jurado lo conforman los presidentes de las comisiones -o falleros en los que deleguen- y, días antes de la votación, se celebra una jornada de convivencia con las candidatas para que los electores puedan conocerlas y ver cómo se desenvuelven. En el caso de que únicamente se presente una aspirante, el reglamento actual -no se descarta que se revise el proceso de elección en el próximo congreso- también regula que los presidentes deben votar y la candidata obtener al menos la mitad más uno de los votos afirmativos. Por otra parte, las aspirantes deben cumplir unos requisitos como ser mayores de edad -entre 8 y 12 años en el caso de las infantiles- y estar censadas como falleras dos ejercicios o uno si han sido falleras mayores de comisión, entre otros.

Las bases que regulan la elección de la fallera mayor de Algemesí también añaden a estos requisitos -ser mayor de 18 años, estar censada en una falla de la localidad y acreditar que vive o dispone de un domicilio en el que poder recogerla- la obligación de haber sido previamente fallera mayor de una comisión de la localidad. «Es imprescindible todo», explica el presidente de la JLF, Juanvi Talamantes, mientras detalla que la elección se realiza en una votación en la que participan los dos representantes de cada falla que forman parte de la Junta Local y los diez presidentes. Se proclama fallera mayor de Algemesí a la aspirante que obtiene la mayoría absoluta de los votos emitidos.

Por contra, un sorteo decide el nombre de la fallera mayor de Sueca. «Puede ser cualquier chica que pertenezca a una falla, no es preciso que haya sido fallera mayor», explica Bernardo Garrigós, presidente de la JLF. «Si hay varias candidatas, el tercer jueves de mayo sale 'a bolleta', pero si solo hay una se nombra directamente, y a la semana siguiente se sacan a las falleras de la corte de honor también por sorteo», comenta, mientras subraya que de este modo se evita hacer una selección y se propicia que cualquier chica de Sueca pueda optar al cargo en igualdad de condiciones.

En el caso de las aspirantes a la corte de honor, Garrigós señala que también se pueden presentar candidatas en representación de diferentes asociaciones, aunque deben estar censadas en alguna falla, dado que la fallera mayor de Sueca se convierte también en reinas de las fiestas. «Este año sólo había una candidata, pero el año anterior eran cuatro. Al duplicarse el cargo no acaban el 19 de marzo, se alarga mucho y hay gente que estudia y no quiere», expone Garrigós, que también recuerda que Sueca no cuenta con el cargo de fallera mayor infantil y que la JLF ha planteado al ayuntamiento la posibilidad de designar también a una representante infantil. «Hubo un par de años y luego desapareció, si nos aumentaran la subvención podríamos elegir también a una fallera mayor infantil porque es una discriminación para las comisiones infantiles. Sueca está en el G-6 de las fallas y todos los demás tienen fallera mayor infantil», incidió.

Un único precedente en 20 años

También Benifaió, que lleva dos años sin fallera mayor, tiene regulada la celebración de un sorteo en el caso de que concurra más de una candidata, aunque únicamente se ha tenido que recurrir al mismo en una ocasión en en las últimas dos décadas, es decir, desde la elección de la primera fallera mayor en 1997. El estatuto establece que pueden optar al cargo las falleras mayores de comisión el año siguiente de su despedida, es decir, dos años después de su reinado. «Si ninguna de las cinco candidatas quiere optar, puede ser fallera mayor cualquier otra fallera censada», indican fuentes municipales. Tras dos años sin representante, Benifaió sí contará este año con fallera mayor.

Por su parte, la fallera mayor de Vva. de Castellón también sale de entre las máximas representantes de las comisiones dos años después del reinado. El presidente de la JLF, Andreu Rodríguez, explica que, habitualmente, tras ser falleras mayores son designadas falleras del foc, un segundo cargo honorífico, mientras que el año siguiente llegan a la JLF como integrantes de la corte de honor y, si lo desean, optan al cargo de máxima representante. «Las que quieren se presentan y suele haber tres o cuatro candidatas (de seis posibles) mientras que en el caso de las infantiles se presentan todas», comentó Rodríguez.

La JLF de Carcaixent, por su parte, sigue un procedimiento totalmente diferente ya que suele ser el presidente o su equipo el que busca tanto una fallera mayor como una reina infantil y, con posterioridad, la corte la elige la propia fallera, explica el presidente, Paco López.