El proceso de construcción de aviones, helicópteros, barcos, submarinos, trenes e incluso tanques utiliza los sistemas de corte de precisión diseñados por TCI Cutting, una empresa de Guadassuar convertida en proveedora de alta tecnología de algunos gigantes de la industria aeronáutica y militar de Europa -sus máquinas también se utilizan en sectores como el automóvil, la alimentación, la construcción, la cerámica, el juguete, el mueble, los electrodomésticos o la publicidad- que en los últimos meses ha ampliado la larga lista de países a los que exporta su maquinaria con destinos como Estados Unidos, Australia, Kazajistán o India.

La empresa, que cobró relevancia en el ámbito más próximo c0n la concesión en 2010 a su fundador, Emilio Mateu, del premio Jaume I al emprendedor, ya era conocida entonces en medio mundo por sus máquinas de corte industrial por agua, que proyectan la misma a una velocidad tres veces superior a la del sonido. A éstas añadió con posterioridad la tecnología de corte por láser, un sector en el que se ha confirmado como líder en España y uno de los cinco fabricantes más importantes de Europa, y la división de plegado, que tras el corte da forma a la pieza.

Tecnología de Corte e Ingeniería (TCI) contaba entonces con una plantilla de 55 trabajadores que, pese a los años de la crisis económica, ha triplicado, y mantiene unas notables expectativas de crecimiento. «Con el tamaño que tenemos en la actualidad no nos podemos quedar porque así somos vulnerables», comenta Mateu, que en la medida en que pueda ampliar el equipo humano con gente cualificada estima que la perspectiva pasaría por duplicar tanto la plantilla como las instalaciones, que actualmente se reparten por casi media docena de naves con una superficie aproximada de 13.000 metros cuadrados. El empresario señala que la previsión es cerrar el presente ejercicio con una facturación cercana a los 25 millones de euros -hace apenas unos años el volumen de negocio era de nueve-, si bien la expectativa pasa por duplicar esa cifra «en cuatro o cinco años».

El gerente de TCI Cutting aprovechó la reunión que el martes mantuvo el conseller de Economía Sostenible, Rafa Climent, con un grupo de empresarios de Guadassuar para reclamar planes de formación que se adecuen a las necesidades de las empresas ya que alertó que la dificultad para encontrar trabajadores con la formación que precisa está afectando a sus perspectivas de crecimiento. Emilio Mateu relató que el modelo de negocio de su empresa se centra en fabricar las máquinas ajustadas a las necesidades de cada cliente -no se trata de modelos estándar-, montarlas y ofrecer un servicio de postventa que la firma de Guadassuar presenta como un elemento diferenciador respecto de otros competidores en el mercado. «Eso nos obliga a que la empresa sea muy técnica y las personas que van a montar tienen que saber un poco de todo, de neumática, de electricidad..., además del idioma», señala Mateu.

En la relación de clientes de TCI figuran empresas de reconocido prestigio y con un claro perfil tecnológico. Es el caso por citar algunos ejemplos de Airbus, la naviera Navantia, Talgo o Bosch en España, pero también el grupo francés DCNS, uno de los principales constructores de barcos y submarinos de Europa, o la multinacional gala Safrán, especializada en defensa, equipamiento aeronáutico y seguridad. Las máquinas de corte de TCI también están presentes en el proceso de producción de los carros de combate que fabrica General Dynamics, de los helicópteros de la firma turca TAI o de las embotelladoras para Coca-Cola que produce la italiana Sidel.

Mateu detalla que una de las propiedades que tiene el corte por agua es que «no templa los materiales» y, en el caso del sector aeronáutico o militar, se utiliza «ya que si se recurre al láser u otras tecnologías sí templa el material y cambia la fisiología, por lo que no se puede asegurar la resistencia».

Emilio Mateu detalla que TCI Cutting es la única empresa en España que fabrica los dos sistemas de corte, por agua y por láser, y trabaja de la mano con la Universitat Politècnica para seguir innovando. La empresa también tiene la patente de un cabezal de corte en 3-D a nivel mundial que, según Mateu, «está en el ´top´ de la tecnología».