«Si adecuamos la formación, no hay ningún país tan competitivo como el nuestro, podemos ser la fábrica de Europa».

Emilio Mateu lo dijo el martes en la reunión con el conseller de Economía Sostenible y lo repitió en declaraciones a Levante-EMV. «Se va a abrir un abanico espectacular para las empresas españolas y hay que saber aprovecharlo. La mano de obra que hay aquí es muy buena, tiene cualificación, tenemos clima e infraestructuras, pero nos lo tenemos que creer y hacer una piña», incidió.

La historia de este emprendedor arranca con un proyecto de final de carrera que diseñó una máquina de corte por chorro de agua para el sector cerámico y que posteriormente convirtió en el eje de su empresa, constituida formalmente en el año 2001 y radicada en Guadassuar, un emplazamiento «muy bien comunicado» por la cercanía del puerto de València, la autovía y los aeropuertos de Manises y Alicante, destaca el gerente de TCI.

Esta firma de alta tecnología cuenta con filiales en Francia, Alemania y Polonia, y exporta a más de treinta países de todo el mundo. Emilio Mateu señala que, en el caso de Estados Unidos, el proceso se encuentra en una fase inicial.

«Estamos enviando máquinas, pero lo primero que tienes que entender es el código local del país, ver la cultura, el cliente, ver qué necesita y cómo funciona», señala el gerente de TCI.