La sorpresa en Sollana es mayúscula, y no es para menos. El año pasado se robaron ocho contenedores de metal y este año ya han desaparecido otros dos de la vía pública. Se trata de recipientes de gran tamaño por lo que para desplazarlos se precisa como poco de un pequeño camión.
Estos sorprendentes robos representan un elevado coste para las arcas municipales, ya que el precio aproximado de cada uno de los contenedores oscila entre 600 y 700 euros. Ante esta situación, el Ayuntamiento de Sollana, a través de su concejal de Medio Ambiente, Ángela Bosch, ha iniciado una campaña en la que se reclama la colaboración ciudadana con el objetivo de «detener a las personas que están cometiendo estos robos».
El tamaño de los contenedores, así como el peso de los mismos, lleva a pensar que los autores son gente especializada en este tipo de robos y que es muy posible que se desmantelen para venderlos al peso, como metal. El ayuntamiento ha difundido entre los vecinos los teléfonos de la Policía Local de Sollana para que si alguien observa alguna anomalía lo comunique y evitar nuevas sustracciones de contenedores. Desde el consistorio se indica que toda colaboración que se pueda realizar para solucionar este problema es poca.