Dureza contra los robos, también con los acaecidos en el fondo marino en los que algunos creen que no existe propiedad establecida. Con el objetivo de evitar el expolio de uno de los yacimientos arqueológicos subacuáticos más relevantes de la Comunitat Valenciana (como así ha sucedido reiteradamente en otros enclaves patrimoniales a lo largo del mundo), el Ayuntamiento de Cullera y la Guardia Civil acordaron ayer un paquete de medidas para proteger el Portum Sucrone, los restos del mítico puerto romano hallados recientemente frente a la costa de la capital turística de la Ribera.

La concejalía de Patrimonio Histórico que dirige Amparo Jover y el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Benemérita mantuvieron una reunión de trabajo para planificar la protección de este tesoro submarino. En ella se establecieron los mecanismos de control para evitar cualquier daño al rico patrimonio arqueológico que esconden las aguas de la bahía.

«El Portum Sucrone es una joya muy golosa que necesita una especial protección frente a la piratería arqueológica», argumentó la edil responsable del área. Para hacerlo posible, el consistorio contará con apoyo logístico del GEAS, que pondrá todos sus medios disponibles para proteger el yacimiento ya que con los propios del ayuntamiento «resulta imposible» garantizar una protección absoluta, admitió Jover.

En ese sentido, la concejal señaló que la colaboración de la Guardia Civil es «fundamental» para el proyecto de prospección arqueológica subacuática que lidera el consistorio de la mano del Club de Buceo Delfín, programa que hasta la fecha está dando un excelente resultado con el rescate de diversas piezas arqueológicas que afianzan la teoría de que lo que se esconde bajo las aguas de Cullera es el disputado puerto de origen romano. Los expertos apuntan incluso a la existencia de una área de fondeo con más de dos mil años de historia.

Dispositivo de vigilancia

Además de las medidas que ya se han aplicado hasta el momento, el GEAS establecerá un dispositivo de control y vigilancia sobre la zona de prospección -cuya localización se mantiene hasta ahora en secreto- para disuadir a quienes tuvieran la tentación de intentar localizar los restos arqueológicos que el mar va sacando a la luz poco a poco. El GEAS ha valorado muy positivamente el proyecto de prospección, que cuenta con la colaboración del Centro de Arqueología Subacuática de la Dirección General de Patrimonio Cultural y que es pionero en la provincia de Valencia.

En julio de 2016 el consistorio cullerense hizo público el hallazgo en su bahía de nuevas y claras evidencias que apuntaban a la ubicación en la misma del Portum Sucrone. Un «gladium» o espada romana, un busto metálico partido, gran cantidad de restos de ánforas (bordes, cuellos, panzas, asas o pivotes), como mínimo ocho cepos (anclas romanas) y dos de almirantazgo, tablones de madera descompuesta, piezas metálicas de difícil catalogación o material de construcción, entre otros restos, configuran parte del tesoro que alberga el fondo marino cullerense. Todos ellos son de la época clásica romana.

El descubrimiento lo hicieron por casualidad en diciembre de 2015 los instructores de buceo cullerenses José Puig Olmo y Óscar Pellicer Alonso mientras estaban realizando una inmersión. Desde entonces, el ayuntamiento se ha volcado para salvaguardar este tesoro patrimonial.