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«La tela se la dio el enterrador a mi madre»

? Una familia de Carcaixent conserva un trozo de la camisa que llevaba Francisco Castelló el día que lo fusilaron en Paterna ?El hijo cree que el cuerpo está en la explanada del cementerio que podría ser una gran fosa común

Carmen, la mujer de Fernando, sostiene la tela de las ropas que llevó el padre de su marido. m. á. montesinos

«Tenía cuatro años cuando visité por primera vez el lugar donde descansaba el cuerpo de mi padre». Desde entonces, Fernando Castelló fue muchas veces al cementerio de Paterna. «Veníamos mucho», recuerda.

La madre de Fernando Castelló realizó una visita, como habitualmente, a aquella prisión en la que permanecía su marido, Francisco Castelló, natural de Carcaixent, miliciano juzgado y condenado en Lloma Llarga por «adherirse a la rebelión». «Llegó un día en el que los guardias nos dijeron, al llegar, que mi padre no estaba», cuenta Fernando. Entonces, la mujer de aquel miliciano fue directa al cementerio de Paterna y preguntó por su marido. «El enterrador era un buen hombre, si preguntabas al menos te daba algo que pudieras guardarte como recuerdo», explica.

Y así lo hizo. Entregó a esta familia los trozos de la vestimenta del represaliado, asesinado el 16 de mayo de 1941. «Lo hemos guardado durante todos estos años», añade Carmen, la mujer del hijo de aquel represaliado.

Fernando Castelló visitó muchas veces el cementerio. Sin embargo, llegó un momento en el que dejó de hacerlo. «Fui creciendo y fue pasando el tiempo. Cada vez veníamos menos, es normal...», apunta. El descendiente recuerda el silencio con el que se trataban los asesinatos de la posguerra. «Entre que no podía hablar del tema y no me acordaba bien de la muerte de mi padre, pues yo era muy pequeño y todo lo que sabía me lo contó mi madre, me fui olvidando de lo que le pasó a mi padre». Hasta que llegó un momento en la vida de Fernando que «el destino hizo que me acordara». Su mujer Carmen y él tuvieron una hija. «Vivíamos en Cataluña, algunos se exiliaban a Francia, nosotros a Cataluña. Mi niña nació el 16 de mayo del 1964». Emocionado, añade: «Yo sé que fui un poco egoísta, pero durante mucho tiempo no celebramos el cumpleaños de mi hija porque coincidía con el aniversario del asesinato de mi padre».

En cuanto al lugar donde está enterrado su progenitor, Fernando se guía por la memoria. «Recuerdo que para venir a verle bajábamos estas escaleras», y señala las que separan la parte superior de la inferior en el cementerio de Paterna. Ahora, él se ha sumado a la nueva agrupación de familiares creada el pasado 1 de noviembre por el Grupo de Recuperación de Memoria Histórica para que destapen ese terreno y comprueben si, efectivamente, existe una fosa común bajo esa parcela del camposanto. A la nueva asociación se adherieron, el pasado miércoles, todos aquellos familiares que piensan o recuerdan que sus seres queridos pueden estar allí.

Dos hijos en busca de dos padres

Éste es el caso también de Carlos Talens, un hombre de Carcaixent que también lucha por localizar con certeza el cuerpo de su padre. Al igual que Fernando, él tiene recuerdo de visitas al cementerio.

«Yo me crié con mi abuela, y siempre me decía 'No te fíes de nadie, tu padre era un hombre muy abierto y lo pagó caro'», recuerda. Ambos, tanto Fernando como Carlos, se conocieron ayer al formalizar la constitución de la agrupación de familiares de la posible fosa. «Pensamos que los dos eran de la misma saca», explican. «Encantat, un plaer», dijeron tras estrechar manos ante las miradas, felices, de sus familiares. Tras las presentaciones oportunas, las dos familias procedieron a intercambiar contacto para compartir experiencias en común. «Mejor pídale el número a mi mujer que yo tengo teléfono pero con los años, ya no escucho muy bien», respondió Fernando entre risas.

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