Begoña Fernández es graduada en Magisterio Infantil y socorrista de profesión. A sus 24 años, la joven de Sellent ha sido elegida Miss Mediterráneo València, un reconocimiento que le permitirá participar en la final nacional representando a la provincia. Atrás quedan los inicios en los que la curiosidad por la moda despertó su interés por acudir a una «quedada» fotográfica donde ella se ofreció como modelo. Fue el punto de inflexión que ha marcado su carrera hasta hoy. Cámara digital, ajustes manuales, iluminación artificial, vestimenta actual, pose deseada y disparo fotográfico. Como en la filosofía «cholista», imagen a imagen ha ido aumentando su «book» hasta llevarse un galardón que comporta un gran compromiso.

La palabra «top-model» no queda muy lejos de lo que es en el presente Begoña Fernández. Pese a que lo define como un «hobby», su huella ha quedado marcada en algunas de las pasarelas más prestigiosas, como la de Victor&Junior, un diseñador de alta costura. «Todavía no me lo creo. Cuando escuché mi nombre sentí una gran emoción. Fue un momento indescriptible», asegura.

El canon de belleza

Ser guapa y esbelta no garantiza tener éxito. De hecho, en su cuerpo lleva varios tatuajes y un piercing en la nariz, dos elementos muy «analizados al detalle» en este mundo. «No todo es el físico. Mucha gente cree que 'machacarse' en el gimnasio es la clave. No digo que no sea importante estar en forma, pero una persona que quiere dedicarse a esto debe reunir otras cualidades. De hecho, el certamen final es de cinco días porque no cuenta solo cómo se desfila el último día, sino que se analiza el comportamiento y la forma de ser de cada persona», explica Fernández.

El Photoshop forma parte del día a día de la moda. Dentro de este ambiente supone una herramienta con la que se pueden hacer retoques de todo tipo. En algunas ocasiones, esas modificaciones se han aplicado con exceso, un factor que ha provocado la rebelión de muchos profesionales del estilo. «No me gusta que se utilice con exceso. Personalmente, yo tuve una mala experiencia. Cuando te cambian tantas cosas, hay veces que ni te reconocen y eso no es lo que busca una modelo. Se pierde la identidad. Yo vengo de un pueblo muy pequeño y soy una persona muy humilde, así que me gusta salir al natural», afirma.

Ahora se prepara para la gala que el próximo sábado 25 de noviembre se celebrará en la ciudad alicantina de Benidorm, donde está en juego convertirse en «Mis Mediterráneo España 2017». Una condición con la que se abrirían las puertas para poder caminar sobre la pasarela de la Mercedes Benz-Fashion Week Madrid. «Llegar hasta aquí ya es un regalo. Ni yo me lo esperaba. Voy a ir con la intención de disfrutar y aprovechar el momento al máximo. Ojalá volviera a casa con la corona», admitió la joven de Sellent.