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Sueca inicia las tiradas sin haber podido llenar el coto al quedar paja por quemar

Los cazadores auguran un gran descenso de la presencia de aves por la falta de agua en algunas replazas y el bajo nivel en otras y culpan a la conselleria

Sueca inicia las tiradas sin haber podido llenar el coto al quedar paja por quemar

Incertidumbre, preocupación y malestar. Éste es el sentir de los cazadores de los municipios limítrofes con el Parque Natural de la Albufera ante el inicio, hoy mismo, de la temporada de aves acuáticas. La promesa que realizó la Administración de que el agua llegaría a tiempo no se ha cumplido. El presidente de los regantes de Sueca, Pepe Fortea, ya dejó claro que no se soltaría agua a los acotados hasta que no se hubiese quemado la paja, algo que no ha sucedido hasta hace bien poco. En Sueca, las replazas 12, 14 y 15 de la partida de la Correjola; las 24, 23, 25 y 26 de las partidas Bassals y Caldereria no han podido llenarse y algunas tan emblemáticas como el 16, el 5 o el 4 o «La Mota» están en niveles muy bajos.

Los cazadores, en especial en Sueca, afirman encontrarse en una situación «insólita que se vive con expectación, pero al mismo tiempo con incertidumbre», y que no se producía desde la década de los noventa, en una época de especial sequía. Esta situación ha provocado que las aves acuáticas no hayan anidado por los bajos niveles de agua. Esta circunstancia ha creado una falta de querencia de las aves a la zona, no se han aclimatado, y la caza que hay en la actualidad se puede ir en cualquier momento.

«La culpa es de la mala planificación de la conselleria, incluyendo el propio Parque Natural de la Albufera. El lago está en unos niveles mínimos por culpa de no poder dotarlo de agua por el estado en el que se encuentran los arrozales, muchos de ellos aún repletos de paja», señaló ayer José Badía, presidente de los Cazadores de Sueca.

Desde que se creó el Parque Natural de la Albufera siempre se ha quemado la paja sobrante del arroz. Los arroceros ya indicaban que «es preferible quemarla en un período corto, como se hacía antaño, que alargarlo y crear problemas de humos durante casi tres meses, como se ha pretendido este año».

Las circunstancias meteorológicas, en especial los días de viento, han retrasado aún más la quema. Los regantes dejaron claro que si no se retiraba la paja no se inundaría el coto, o no se podría llegar a tiempo, como ha sucedido. Los sindicatos de riegos de Sueca y Cullera lo han intentado, pero se han encontrado con los impedimentos de Medio Ambiente y del parque natural, contrarios a la quema de la paja.

Las promesas que los arroceros y los cazadores recibieron de la administración no se han cumplido y los cotos de caza ni se han llenado ni han servido como reclamo para las aves migratorias que suelen anidar en esta temporada. Las medidas de la administración, según los implicados, no han contentado a nadie. Ni a los pescadores del lago, ya que se encuentra en niveles muy bajos. Ni a los arroceros, que ven como pasa el tiempo y la paja sigue sin quemarse en una gran parte de los campos. Ni a los cazadores, ya que los cotos no están inundados del todo, lo que se traduce en una ausencia de caza.

Los cazadores alertan de que esta falta de agua no solo afecta a las aves emigrantes, sino también a las autóctonas. «No se puede dejar el Parque Natural de la Albufera por llenar y el parque es algo mucho más amplio que la Albufera en sí. Es una obligación ante Europa llenarlo y no se está cumpliendo». «Cazar, cazaremos, aunque, salvo sorpresas de última hora, será mucho menos de lo que esperábamos. El problema llegará en posteriores 'tiraes', porque si las aves no están con querencia y se van? habrá que encomendarse a la semana de 'cábiles», indicaron algunos aficionados.

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