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Armengol como materia de estudio

El trabajo de final de máster de Josefa Villena defiende el análisis de la trayectoria profesional del artista de Benimodo en los colegios, institutos y universidades por sus innumerables facetas pictóricas y múltiples posibilidades culturales

Rafael Armengol ha protagonizado una larga carrera. v. m. pastor

En la asignatura de Historia del Arte que se imparte en los institutos y colegios de la comarca se estudia a Picasso, Van Eyck, Van Gogh o Velázquez. Pero, ¿por qué no a Rafael Armengol? Lo propone de forma enormemente argumentada Josefa Villena Paterna, quien recientemente defendió un trabajo de final de máster sobre este tema en la Universitat de València. El estudio «Un acostament des de la didàctica a Rafael Armengol, artista, docent i investigador» tuvo como tutor a Ricard Huerta Ramón y pretendía, según la autora, «dar argumentos al profesorado de educación plástica y visual de cualquier nivel de la enseñanza formal para que utilicen como poderosa arma educativa el arte contemporáneo de Rafael Armengol, analizando en la obra del vecino de Benimodo las posibilidades educativas que se pueden extraer».

La investigadora considera que el trabajo y la figura de Armengol pueden ofrecer diferentes temáticas para trabajar en clase, caso de la identidad cultural, poesía valenciana, humor e ironía, corrientes artísticas contemporáneas, política y sociedad o teoría del color. «Creo que este trabajo -en referencia a la investigación- ofrece argumentos sobre el alto valor educativo de la obra de Armengol. Hemos visto que recorre cinco décadas de la historia del arte contemporáneo de nuestro país y nos permite introducir en las aulas textos plásticos de gran belleza estética que nos dan pie a conocer e investigar sobre diferentes temáticas», argumenta Villena. El artista de Benimodo fue durante muchos años maestro, aunque las incompatibilidades horarias le llevaron después a apostar por la creación artística, que sigue realizando desde Benimodo. «Su pasión por la pintura la ha reflejado en la enseñanza en el instituto, contagiando esta pasión por el arte a sus alumnos. De hecho, estudiantes suyos de aquella época son ahora artistas reconocidos, como es el caso del escultor de Carlet Jaume Espí», arguye la investigadora, quien añade: «De la didáctica que empleó en sus clases, podemos concluir que anteponía la experimentación en artes plásticas al seguimiento de un libro de texto, disfrutando de esta experimentación tanto alumnas como maestro».

Según relata el mismo autor, sus años como profesor influenciaron (y siguen haciéndolo) en su forma de pintar y ver el arte. «Su pintura es didáctica, enseña el proceso que sigue, quiere que se vea como están hechas las cosas, las series pictóricas con distintas variaciones de colores, con diferentes tramas, con distintos efectos, además de la labor didáctica que realiza al explicar la teoría del color y las técnicas de sus cuadros», dice Josefa Villena. Es cierto. Cualquiera que haya tenido ocasión de visitar a Armengol en su estudio percibe rápidamente que sigue siendo un maestro, que continúa hablando desde la enseñanza. Pocos y pocas se han ido de allí sin ver como se mezclan los colores y se juega con la ilusión óptica en aquel torbellino construido manualmente por Armengol y que tanto enseña.

Según la investigadora Villena: «Del paralelismo de la forma de crear de Armengol con el trabajo por proyectos en la escuela, creo que se tiene que entender más como la metodología de trabajo para la educación artística, plástica y visual. Estas son las perspectivas de continuidad de esta búsqueda, elaborar propuestas didácticas para llegar a las aulas de todos los niveles».

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