Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

«Resulta incoherente que el parque de bomberos siga en una zona inundable»

El veterano bombero alcireño reconoce que al participar en un servicio «muchas veces se siente miedo»

«Resulta incoherente que el parque de bomberos siga en una zona inundable»

El bautizo de fuego del parque de Alzira y el suyo propio como profesional fue tener que intervenir en la pantanada de 1982 sin apenas experiencia. ¿Es a la postre la situación más crítica a la que se ha enfrentado?

Situaciones críticas he pasado muchas, como incendios industriales en los que tenías que rescatar a gente, incendios en viviendas como el que se produjo junto a la iglesia Santos Patronos con dos niños y su madre quemados en una habitación o accidentes de tráfico en que ves víctimas, niños, personas mayores... Por muy profesional que seas son cosas muy impactantes que se te quedan en la retina. En la pantanada no se veían cosas tan desagradables, pero sí tuvo una gran magnitud. La pantanada y la riada de 1987 son las experiencias de mayor envergadura a las que nos hemos enfrentado por esa dimensión que tuvieron. En 1982 acabas de aterrizar, estás un poco verde y la impresión es más fuerte que después de diez años de experiencia en que has acudido a grandes incendios, pero no tienen la dimensión de una pantanada en que estás desbordado y todos te piden auxilio. Sin bajar el nivel de agua ya era algo desbordante, te llamaban por todos los lados. Tuve la posibilidad de entrar a Alzira con una barca y la gente estaba con una gran angustia por la falta de comida, la presencia de enfermos y no sabías por dónde empezar. Sobre todo con la inexperiencia, pero eres joven, quieres acudir a todo y te enfrentabas a todo con más fortaleza. Con el tiempo, no te enfrentas con esa fortaleza, pero sí con experiencia. En aquellos primeros años se quemó el Gran Teatro, el Cine Reyno, la empresa Martínez Cano.... Eran las primeras veces, sentías cierto respeto, incluso miedo. Se siente muchas veces miedo, muchas veces.

¿Cómo ha evolucionado su trabajo en estos años?

En equipamiento, barbaridades. Nos ha costado, pero hoy en día tenemos todo el parque totalmente renovado y con vehículos con la última tecnología. Incluso en el caso del vehículo de altura con demasiada tecnología, te permite ganar en seguridad y tiene muchos sensores para evitar riesgos, pero el bombero veterano ve que antes no tenía tanto impedimento a la hora de trabajar porque no había ninguna seguridad.

¿También hay ahora más profesionalidad?

Por supuesto, sí, porque los bomberos tienen que hacer un curso en el Ivaspe y cuando entran ya han recibido una formación práctica sobre aquello que se van a encontrar en los servicios, empezando por incendios en viviendas, excarcelación,... La gente entra más preparada y además con un equipamiento que no tiene color.

El trabajo de los bomberos se asocia habitualmente a combatir el fuego aunque en la Ribera, de forma cíclica, han tenido que actuar por inundaciones. ¿Requiere de una formación específica?

Aquí, cuando no se sale el río es un barranco. En el tema de inundaciones, antes, prácticamente tenías que quitarte el pantalón de bombero y entrar al agua casi desnudo, pero hoy en día disponemos de un traje especial de neopreno y se hacen cursos de rescate en aguas superficiales. Ahora se imparte formación, aunque aquí hemos aprendido de la experiencia.

Una riada genera ahora incluso más temor que antes. ¿No se ha aprendido de los errores en la planificación urbanística?

Algo se ha avanzado. En el caso de Alzira se ha intervenido para evitar inundaciones en zonas bajas. El ayuntamiento ha trabajado, a lo mejor, no lo suficiente, pero sí se han hecho cosas. Desde el punto de vista de las emergencias no entramos en esa planificación y no podemos decir nada. Podemos hablar de nuestra experiencia y, por ejemplo, en el caso del parque, en caso de inundación, aún estamos en zona inundable y sería importante que no tengan que venir a socorrernos a nosotros cuando somos los que tenemos que acudir a socorrer a la gente. Es incoherente que un parque de bomberos se encuentre en una zona inundable. El alcalde me dijo que su idea es ceder terrenos junto al futuro retén de la policía para un nuevo parque, porque quiere crear allí un centro de emergencias y sería bastante viable porque no es inundable, pero es una inversión competencia del consorcio y puede ser costoso. También está claro que hace falta ya un helipuerto. El actual está de forma provisional en el recinto ferial, pero cuando hay algo como en estas fechas la feria, no se puede contar con él. Al principio estaba en la Muntanyeta, pero allí tenemos el mismo problema, está abierto al público y no es una zona segura. Parece que también junto al retén se pretende hacer un helipuerto fijo.

¿Existe rivalidad entre los bomberos y la UME o genera malestar su llegada?

No genera malestar, la UME tiene un potencial tremendo, gente joven, muy bien equipada. Contamos con ellos, pero no tienen ninguna culpa de tener la estructura que tienen. La UME se tiene que mover en bloque, o van todos a un operativo o no van, no se pueden desplazar unidades independientes. Son muy buenos para actuaciones grandes porque tienen una gran fuerza de choque. No hablaría de rivalidad, pero cuando hay un incendio de grandes dimensiones y alguien está agotado y les ve impolutos, choca entre los bomberos y brigadistas. Están demasiado militarizados.

La crisis también ha afectado al servicio de bomberos y los sindicatos se han quejado de la reducción de efectivos en los turnos. ¿Es normal que el parque se quede vacío cuando un servicio moviliza a los bomberos?

Eso pasa, debería haber al menos la posibilidad de que en el parque siempre hubiera alguien, pero cuando lo requiere el servicio... Ahora son turnos de diez, con un mínimo de siete por ley. Pero por temas de bajas laborales, permisos,..., la mayoría de turnos está en mínimos de siete.

¿Y ve normal que no se puedan coger todos los vehículos a la vez por falta de personal?

Todos los parques del consorcio estamos así. Se debería aumentar la plantilla para tener una segunda salida completa. Ahora tenemos una primera salida completa con cuatro hombres, y una segunda sólo con dos. Es como salida y media. Siempre hemos reivindicado más porque un mismo parque no puede atender dos o tres servicios, sólo puede «uno y medio». Debería haber al menos una segunda salida que permitiera coger dos vehículos más, aunque fuera partida, con dos y dos (bomberos). Es algo que está enquistado ahí y se debería intentar solventar, sobre todo en los parques principales, porque si no, tienes que elegir entre coger un vehículo u otro. Se cubre el servicio, sí, pero no desde el mismo parque. Si necesitan en un incendio de vivienda dos vehículos, sale el BUP con cuatro (bomberos) y los otros dos no cogen el de apoyo, sino el de altura. Luego vienen Xàtiva o Cullera con otro, y se cumple el protocolo, pero con vehículos de otros parques, lo que merma el tiempo de respuesta. Falta gente para tener unas condiciones mínimas como el Ayuntamiento de València que puede atender dos o tres salidas.

Un compañero suyo suele decir que cuando pasa algo para lo que no hay un servicio específico se llama a los bomberos. ¿Cómo se prepara uno para eso?

La imaginación del ser humano es inmensa y más si eres bomberos. Antes, cuando no tenías medios, hacías de la capa un sayo, improvisabas. Yo eso lo veo positivo. Suecia es la escuela número uno en investigación y formación, y todos los servicios están protocolarizados, pero aquello que no lo está, como que no saben, se bloquean. Aquí, tal vez por el carácter latino, no tienes tantos protocolos, pero improvisas y en ese aspecto ganamos, porque no todos los servicios son idénticos y no se puede seguir a rajatabla el protocolo porque no hay dos situaciones iguales. Pero también es verdad que tenerlo protocolarizado da más seguridad. Tiene ventajas y desventajas, pero mirando a los bomberos extranjeros somos más de improvisación que de protocolarización, y si bien ha cambiado esta tendencia y cada vez hay más protocolos, aún queda margen.

¿Con qué sensación se va después de 35 años de trabajo?

La satisfacción de haber ayudado a la gente no me la quita nadie. Mi padre tenía una empresa de servicios, teníamos una distribuidora de bebidas y, desde pequeño, tenía vocación por atender al cliente, servir a la gente, lo tengo marcado de pequeño. Yo nunca había pensado en la vida ser bombero, pero me presenté a las oposiciones, entré, y vi que era ayudar a las personas, de otra manera, en situaciones extremas, y la sensación que tengo es la gran satisfacción de haber podido ayudar lo máximo posible a la sociedad. Que venga una persona y te diga que les has salvado la vida... que te reconozcan eso es un sentimiento que no sabes cómo explicar, pero interiormente te sientes pletórico.

Compartir el artículo

stats