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Un inversor ruso transformará en un geriátrico la emblemática sede de Blauverd en Alzira

El proyecto diseña una residencia de mayores medicalizada con 150 plazas y centro de día en un complejo que estaba cerrado

Miquel Martí, que representa los intereses del inversor en España, ayer, ante la antigua sede de Blauverd. vicent m. pastor

Un inversor ruso ha adquirido la emblemática sede que el grupo inmobiliario alcireño Blauverd construyó en el polígono industrial de Tisneres, y que tuvo que abandonar en los años de la crisis, con la intención de reconvertir el inmueble en un geriátrico medicalizado con 150 plazas, más otras 30 de centro de día. La compra de las antiguas instalaciones que la promotora levantó sobre una parcela de 13.000 metros cuadrados -además de las oficinas contaban con espacios deportivos y zona de aparcamiento- y la reforma de las mismas para el nuevo uso elevarán la inversión en torno a ocho millones de euros, según explicó ayer Miquel Martí, portavoz de la empresa que representa en España los intereses del inversor, que ya cuenta con otros centros para mayores y también hoteles.

Martí detalló que, a la espera de obtener la licencia municipal de obras, se han iniciado unos trabajos de «desguace» del edificio para analizar las modificaciones que se tienen que realizar en algunas instalaciones. «Se trata de una obra muy bien hecha, que está muy nueva, pero no tiene nada que ver con la actividad que se pretende realizar», explicó, mientras comentaba que en el caso de las residencias hay normativas específicas.

La empresa Cala Verda ya ha mantenido contactos con el Ayuntamiento de Alzira y la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas para exponer el proyecto del nuevo geriátrico y, según destacó ayer Martí, la administración autonómica valora que se trata de una propuesta «interesante» para el conjunto de la comarca, mientras que también quiso agradecer el respaldo que le ha brindado el ayuntamiento: «Un apoyo muy importante para que este proyecto pueda ser una realidad», apuntó.

El alcalde de Alzira, Diego Gómez, por su parte, se mostró cauto y, en declaraciones a Levante-EMV, confirmó que una empresa catalana había acudido al ayuntamiento en un par de ocasiones para plantear este proyecto que, según dijo, todavía no se ha presentado oficialmente, pero recordó que corresponde a la Conselleria de Igualtat autorizar este tipo de actividades mientras que el consistorio deberá velar porque se cumplan los parámetros urbanísticos. Gómez valoró que se realice una inversión en un espacio que actualmente está abandonado y que «tiene condiciones», dijo, pero optó por la prudencia. «Sabemos que este tipo de residencias son necesarias, aunque somos más partidarios de una residencia públicas», comentó.

El geriátrico pretende ofrecer, siguiendo el modelo europeo, un servicio para enfermos crónicos y personas que precisen de estancias largas por procesos de recuperación «que la Seguridad Social no puede dar» por lo que, según detalló Martí, se contempla una explotación mixta con plazas privadas y concertadas. Los promotores tienen claro que la gestión la asumirá el grupo francés Omega, que ya cuenta con dos geriátricos en València.

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