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Un refugio de gatos en Manuel intenta evitar más envenenamientos masivos

Un grupo animalista habilita un espacio que acoge ya a veinte felinos callejeros - «El Jardinet de l'Estació» intenta controlar las colonias castigadas por los productos tóxicos en el antiguo trazado del tren

Un refugio de gatos en Manuel intenta evitar más envenenamientos masivos

«El Jardinet de l'Estació de Manuel» es lo más parecido al paraíso soñado por cualquier gato. Un santuario verde con cerca de una veintena de felinos destinado a controlar las colonias de esta localidad y evitar los envenenamientos masivos en el antiguo trazado del ferrocarril, ahora en fase de reconversión en la Via Verda. La iniciativa surgió de la mano de un grupo animalista y, tras la cesión de un terreno por parte del ayuntamiento, han convertido la parcela en un edén.

Las instalaciones reúnen todo lo necesario para proporcionar los cuidados y cubrir las necesidades de los animales. Pero antes de poder campar al aire libre, los mininos tienen que estar en cuarentena para desparasitarlos, esterilizarlos y cuidarlos. Se trata de un proceso obligado para garantizar su bienestar. Por supuesto, ellos no se tienen que preocupar por la comida ni tampoco por si las lluvias arrecian, ya que también tienen donde resguardarse. A diario, salen del recinto pero acaban regresando a su hogar. Allí se recuestan disfrutando de la tranquilidad del momento. Nadie puede alcanzarlos y lastimarlos. Allí se sienten como en casa.

La cara visible y principal impulsora de este proyecto es Laura Carmona, una vecina de Manuel que gracias a su labor desinteresada ha logrado remediar el problema del aumento de las colonias en la población. Un factor provocado por la gran cantidad de basura acumulada hasta hace poco tiempo en la antigua vía, hecho que propició la aparición de roedores. Hasta el momento, la única solución para controlar la población gatuna había sido el envenenamiento masivo, una práctica que obligó a Carmona a buscar una solución. «Nosotros hemos llegado a recoger ejemplares muertos por intoxicación. Solventar el conflicto de este modo era una praxis que no estaba muy acorde a nuestros tiempos. Le propusimos al alcalde la posibilidad de crear un refugio y nos cedió un espacio. Nos documentamos un poco para saber cómo podíamos transportar los ejemplares callejeros hasta la nueva zona y además, nos ayudaron algunos vecinos a crear el parque. Al principio, la gente no lo veía con buenos ojos pero ahora están todos encantados», explicó Carmona.

Proyecto a largo plazo

El ronroneo de los felinos invita a descubrir un lugar que no está pensado como un espacio donde ubicar a los gatos callejeros sino como un centro de apoyo para los que viven repartidos por la localidad. Actualmente cuentan con ocho voluntarios, una cifra que ha ido aumentando después de que la asociación lanzara un video explicando su trabajo en las redes sociales y que se ha convertido en viral, con cerca de un millón de reproducciones. «Hemos estado trabajando durante más de un año en el vallado y estamos muy contentos porque cada vez más gente se interesa por lo que hacemos. También hemos realizado una charla en la biblioteca municipal y se están volcando cada vez más. Los vecinos ya lo sienten como suyo», aseguró Laura Carmona.

Todavía quedan cerca de veinte gatos por acoger aunque el propósito del grupo animalista es mantener una colonia urbana que permita preservar las calles limpias. Asimismo, su misión, además de seguir con el jardín, es la de encontrar una familia para cada uno de los mininos que cuidan a diario. «Nosotros les estamos alimentando y realizamos su cuidado. Aquí viven sin peligro los gatos sin suerte nuestro verdadero deseo es que los adopten. Tener esta zona ha sido un gran primer paso pero todavía queda mucho trabajo por delante», sentenció.

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