Antella cuenta con una centenaria desde el pasado 19 de noviembre, día en el que cumplió 100 años Carmen Peris, nacida en 1917 en el mismo pueblo donde reside y ha transcurrido durante un siglo. «Carmeta», como se le conoce familiarmente, vive en su casa siempre al cuidado de sus dos hijas Mari Carmen y Paqui Alberola, siempre atentas a cualquier necesidad que pueda tener su madre. Es abuela de tres nietos, Pep, Joan y Miquel, y fue la menor de tres hermanos.

De niña, como cualquiera de su época, fue a «costura», como se denominaban las escuelas para chicas, donde se impartía el aprendizaje de coser y otras labores propias de la educación femenina de entonces, además de la enseñanza de leer y escribir. Cubierta esta etapa, y antes de los 14 años, dejó la escuela para dedicarse a las labores propias del hogar en la casa paterna.

Una vida de entrega

En plena Guerra Civil tuvo una especial dedicación, convirtiéndose en una persona de confianza en la colonia de niños evacuados desde Madrid y refugiados en Antella, acogida que tuvo lugar también en muchos pueblos valencianos, ante el constante bombardeo de la capital española por parte de la aviación del llamado «bando nacional» de Franco.

Finalizado este capítulo bélico, Carmeta trabajó en diferentes almacenes de naranja de Antella como empapeladora. Posteriormente, también ejerció la misma profesión en otros pueblos cercanos a su localidad natal, como Cotes o Alberic. Casada con Quico Alberola, además de las dos hijas, Carmeta tuvo tres hijos varones que fallecieron al poco de nacer.

La familia celebró su cumpleaños en su casa en la más completa intimidad y evitó, por razones de salud de la centenaria, la tradicional fiesta con autoridades, banda de música incluida, que suele acontecer en este tipo de efemérides, aunque agradeció las numerosas felicitaciones.