Los gatos callejeros tienen fervientes defensores y acérrimos detractores. En Carcaixent, ante el progresivo aumento de la población, el ayuntamiento, en colaboración con las protectoras «Conexión Felina» y «Gats de Carcaixent», ha decidido impulsar la creación de un Plan Colonial con el objetivo de controlar y cuidar a los meninos, erradicar la práctica habitual de alimentarlos por voluntad propia y acabar con los conflictos sin necesidad de hacer uso de los envenenamientos, prohibido por la Ley de Protección a los Animales de 2008.

Hoy en día es habitual, al salir a la calle, encontrarse comida para gatos depositada en zonas próximas al lugar ocupado por una colonia, junto a árboles o en zonas verdes. El consistorio pretende anular este ejercicio diario «porque es antihigiénico» y están estudiando la posibilidad de habilitar espacios para que los vecinos que mantienen a los gatos de manera desinteresada, continúen haciéndolo pero de un modo más ordenado, ayudando a favorecer el correcto orden en las vías.

«Sabemos que hay entre 10 y 15 puntos de la ciudad donde hay felinos, una cifra que no es desproporcionada pero que merece especial atención. Queremos evitar los atropellos y las intoxicaciones, esta última praxis, nada ética. Se trataría de crear como una especie de refugio urbano, aunque nuestra meta es que puedan ser adoptados, además de evitar la proliferación y la cría», explicó Carles Albert, portavoz del grupo municipal Reiniciem y concejal de Protección Animal.

Su presencia es prácticamente inevitable y las colonias pueden llegar a convertirse en un grave problema de insalubridad y generar dificultades de convivencia por malos olores, restos de comida o las épocas de celo. La intención del ayuntamiento pasa por mejorar la calidad de vida del gato callejero evitando zonas «sobrepobladas» con la aplicación del método CES (Captura, Esterilización y Suelta). Con él, se conseguirá reducir el número de felinos, a la vez que integrarlos en el entorno sin que eso suponga problemas para los vecinos. «El CES es un procedimiento que ha demostrado ser la solución más eficaz para encontrar el equilibrio de entendimiento entre los habitantes y los gatos», aseguró Albert.

De la mano de las protectoras

Cada hembra puede tener tres partos al año y su esterilización puede llegar a costar entre unos 50 y 80 euros. De esta manera, se podría conseguir una estabilización a largo plazo del número de individuos de la colonia. El gato castrado ocupa su espacio, pero hay menos nacimientos, que sumado a las muertes naturales y accidentales, permitiría reducir el total de la población, provocando que permaneciera estable.

Para poder ejecutar este paso, el ayuntamiento trabajará mano a mano con las dos principales protectoras de la ciudad que hasta el momento se han encargado de ayudar a los meninos urbanos. De hecho, tanto «Conexión Felina» como «Gats de Carcaixent» participarán mañana en una asamblea abierta junto con la Concejalía de Protección Animal, que tendrá lugar a las 19,30 horas en el Centre d'Empreses, donde se dará a conocer el actual marco regulador y las normas que regirán las futuras actuaciones basadas en el método CES.

Cabe recordar que una de las primeras localidades que centró sus esfuerzos en controlar las colonias de gatos fue Manuel, tal y como ya informó este periódico. En el municipio ribereño, un grupo animalista tiene habilitado un espacio, más parecido a un santuario, que acoge ya a veinte meninos. «Hemos cogido alguna idea de ellos, aunque nuestra intención no es crear un único punto físico sino ir jugando con las posibles ubicaciones, en función de la gente que quiera aportar su grano de arena», sentenció el edil.