La denuncia de la alcaldesa de Benicull, Mª Amparo Giner (Units per València), contra su antecesor en el cargo, Joan Vicent Geribés, por agresión verbal y física durante una reunión sentó ayer al actual portavoz de Compromís en el banquillo de los acusados. Geribés admitió en el juicio haber llamado «payasa» a la alcaldesa, pero negó con rotundidad la agresión, mientras Giner defendía que el manotazo que provocó que el bolígrafo que llevaba en la mano saliera despedido tenía una clara intención de golpearle. La Fiscalía tipificó el incidente como un caso de desconsideración con la autoridad y solicitó para Geribés una condena de 45 días de multa a razón de seis euros diarios. La acusación, por su parte, mantuvo en la vista oral celebrada ayer en los juzgados de Sueca que se daban todos los requisitos para calificar los hechos como un delito de atentado a la autoridad al entender que sí hubo agresión, por lo que solicitó una condena de un año de prisión y una multa de seis meses con una cuota diaria de diez euros. La defensa, por contra, pidió la libre absolución alegando que Geribés no utilizó esta expresión con ánimo de menospreciar a la alcaldesa sino como forma de defenderse «al sentirse acosado» por la actitud de Giner.

El incidente que motivó la denuncia se produjo, como ya informó Levante-EMV, durante una reunión convocada por la alcaldesa en su despacho el pasado 6 de abril para aclarar la aparición en un edificio público de cientos de petardos sobrantes de una «cordà» celebrada en 2014, cuando Geribés era alcalde que, por otra parte, tampoco se habían liquidado a la pirotecnia. Geribés se incorporó con la reunión ya iniciada y, según el relato de la alcaldesa, a partir de ese momento aumentó la tensión por la actitud agresiva que, según dijo, suele mostrar el exalcalde. «Yo le echaba en cara que durante dos años y pico no hubiera sido capaz de gestionar eso», relató Mª Amparo Giner, mientras señalaba que, en un momento dado, el edil de Compromís se levantó de su silla y se dirigió hacia ella soltando un manotazo que provocó que el bolígrafo con el que ella le recriminaba su gestión saliera despedido.

Joan Vicent Geribés negó haber cruzado ninguna sala para dirigirse hacia la alcaldesa y que fue ésta quien le increpaba con el bolígrafo a la altura de la cara cuando trataba de hablar con el representante de la empresa pirotécnica por lo que se lo apartó, según dijo, sin tocarle la mano. «No nos dejaba hablar y le dije literalmente que estaba montando un circo. Reconozco que le falté al respeto llamándole payasa, pero ella a nosotros también cuando nos acusaba de ladrones », expuso, en referencia a las alusiones de Giner por no haber entregado a la pirotecnia el dinero de las cajas de petardos que sí se habían vendido con motivo de la «cordà».

El concejal de EU Vicent Fayos declaró como testigo refrendando la versión de la alcaldesa, mientras la otra edil de Compromís, Isabel Castilla, compañera sentimental de Geribés, declaró que la actitud de la alcaldesa era una provocación deliberada. El representante de la pirotecnia señaló que el supuesta agresión se produjo cuando Geribés, ya levantado con aparente intención de marcharse, se había apoyado sobre el respaldo de una silla y trataba de hablar con él y la alcaldesa se dirigió hacia él con sus reproches y un bolígrafo en la mano.