Ángela Simón, angustiada por las campanas, reclamó ayuda a Paco Salom, alcalde de Carcaixent, el cual confirmó a este periódico que se había reunido con el cura de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora para poder llegar a un acuerdo. «Se lo comenté, pero hasta el momento no ha cumplido con su palabra. Es cierto que su sonido da otro color a la vida diaria de la ciudad, pero en determinados momentos puede causar una molestia. Creo que su uso se debería corregir. Tampoco quiero que se elimine, pero sería importante que se reflexionara. Si al final hay que ir más allá, tomaremos medidas», afirmó el primer edil.