La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del colegio público Severí Torres de Villanueva de Castellón ha elaborado un corto recopilatorio de la suma de incumplimientos en que se ha convertido el proyecto de construcción del nuevo centro. Era una forma de protesta novedosa tras más de 25 años de espera en que han reclamado esta inversión a través de todo tipo de movilizaciones. El anuncio que realizó en septiembre el secretario autonómico de Educación, Miquel Soler, durante una visita al colegio, de que la anhelada reforma y ampliación se licitaría en noviembre tras rescindir el contrato con la anterior constructora había supuesto una nueva decepción. El anuncio de la licitación de estas obras publicado ayer en el BOE obligará al AMPA a cambiar el final del corto, pero no el mensaje de queja. «Llevamos tantos años esperando y ha habido tantos altibajos que tampoco estamos demasiado contentos, hasta que no veamos que las obras arrancan seguimos a la espera», comentó ayer la presidenta de la AMPA, Lydia Castán.

La Conselleria de Educación ha licitado finalmente por seis millones de euros el proyecto para finalizar una obra iniciada por un anterior adjudicatario -aunque quedó paralizada muy poco después- que contempla la ampliación con ocho unidades de Infantil y quince de Primaria, así como la construcción de un nuevo comedor y un gimnasio. El proyecto servirá para solventar las carencias de las actuales instalaciones, repartidas en dos edificios que se encuentran separados por una ronda de circunvalación que una parte de los alumnos tienen que cruzar para acceder al comedor.

El proceso de licitación no se resolverá como pronto hasta el próximo verano, ya que la apertura del último sobre con las propuestas de las firmas que pujen se abrirá el 10 de julio, mientras que la empresa adjudicataria contará con un plazo de quince meses para ejecutar los trabajos una vez se formalice el contrato.

El escepticismo del AMPA contrasta con la alegría manifestada por el alcalde de Villanueva de Castellón, Òscar Noguera, que admitió los retrasos en este último proceso, pero defendió que «son cosas que pasan en la Administración» y que «lo importante es que ya está y tenemos la vista puesta en que empiecen las obras y que, esta vez, no paren». Cabe recordar que la Generalitat llegó a adjudicar las obras del anhelado Severí Torres y éstas arrancaron en el verano de 2016, aunque se paralizaron en otoño. La empresa reclamaba una modificación del contrato que implicaba un aumento del precio de adjudicación que la conselleria no aceptó y, finalmente, se optó por rescindir el contrato suscrito para volver a licitar las obras. «Llevamos veinte años reclamando que las cosas se hagan bien para evitar sobrecostes y, por mucho que me duela, reconozco que a las primeras de cambio no podíamos actuar de otra forma», comentó el alcalde.

El AMPA del Severí Torres no sólo manifestó su descontento por el retraso que se había producido en la licitación de estas obras -Miquel Soler anunció que realizaría en noviembre- sino también por la «falta de sensibilidad» de la conselleria con el centro pese a los problemas que arrastra.