El alcohol contribuye habitualmente a animar a los participantes en la cabalgata fallera, pero es a su vez el peor enemigo de este desfile satírico ya que el abuso puede derivar en desmadre. Las comisiones de Alzira que desfilen con falleros en estado de «embriaguez extrema» que además manifiesten «actitudes maleducadas» serán descalificadas del concurso. Es uno de los aspectos destacados del reglamento específico de la cabalgata aprobado por las fallas para desarrollar el articulado más genérico del reglamento general que rige las fiestas y que la Junta Local Fallera ya aplicará este año. Esta nueva normativa también contempla la posibilidad de penalizar con un tercio de la puntuación a aquellas comisiones que manifiesten durante el desfile actitudes indecorosas.

El Reglamento Fallero de la Ciudad de Alzira vigente regula en su artículo 74 que el jurado de la cabalgata tendrá en cuenta el comportamiento de las fallas a lo largo del recorrido y que los participantes no deberán adoptar «actitudes indecorosas ni entorpecimientos que contribuyan al desmerecimiento» del desfile, «incluyendo estados de ebriedad manifiesta». La JLF, como garante de que se mantenga el decoro, tiene la potestad de expulsar de la cabalgata a las personas que no sepan comportarse mientras que en casos que se consideren graves también se contempla sancionar a las comisiones.

El nuevo reglamento, en un intento de dignificar la cabalgata, va más allá al contemplar la descalificación del concurso de aquella falla que «visible y claramente cuente con falleros en un estado de embriaguez extrema o similares, que además muestren actitudes maleducadas especialmente si éstas se dirigen hacia las autoridades, falleras mayores de Alzira, miembros de Junta Local Fallera o sus invitados». Por otra parte, contempla la penalización de un tercio de la puntuación que reciba una comisión si más de la mitad de los integrantes del jurado -cada una de las 35 comisiones tiene que aportar uno- hace constar en una casilla específica si han presenciado actitudes indecorosas entre las que cita como ejemplo personas que se bajen los pantalones, realizar peinetas o gestos análogos.

El vicepresidente jurídico de la JLF, Vicente Sanmartín, explicó que es la primera vez que se pone «negro sobre blanco» una normativa tan específica sobre la cabalgata que, según destacó, fue aprobada por unanimidad de todas las comisiones que asistieron a la asamblea de festejos y que, al margen de los aspectos relacionados con el comportamiento de los participantes, también detalla de forma minuciosa qué es lo que tienen que valorar los miembros del jurado. En este caso se prima el ingenio en el disfraz, un apartado en el que se pueden conseguir hasta diez puntos, mientras que en otros aspectos como la crítica, la carroza o el orden en el desfile la puntuación máxima es de cinco. El jurado debe valorar la originalidad del disfraz, los materiales utilizados «de forma ingeniosa y diferente a su uso tradicional», así como el trabajo que se haya invertido en su elaboración, la belleza y el impacto visual. «No es lo mismo un disfraz comprado en una tienda, que uno que se hayan elaborado los propios falleros», comentó Sanmartín.