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Buscan a 41 ribereños en otras dos fosas comunes del cementerio de Paterna

? Las asociaciones que promueven la exhumación intentan localizar a los descendientes de los fusilados por el franquismo para realizar pruebas de ADN

Buscan a 41 ribereños en otras dos fosas comunes del cementerio de Paterna

Cientos de familias llevan largos años intentando localizar alguno de los suyos por toda España. Son los descendientes de los represaliados por el franquismo cuyos restos se hallan diseminados por cunetas y fosas comunes repartidas por todo el país. Pero su lucha no solo se centra en encontrar a sus muertos. No menos agotador resulta el trabajo de intentar localizar a los vivos. Y es que a las grandes trabas burocráticas, políticas y económicas que acompañan ese peregrinar, se le suma el esfuerzo de tratar de encontrar a los descendientes de aquellos otros fusilados que comparten su misma fosa sin nadie les reclame.

Eso es lo que están realizando las agrupaciones de familiares de víctimas del franquismo de las fosas 94 y 128 de Paterna. En total se estima que 273 personas están enterradas en estas dos grandes fosas. Entre ellas, 41 ribereños de ciudades como Alzira, Sollana, Rafelguaraf, Almussafes, l'Alcúdia, Algemesí, Cullera, Montserrat, Alginet, Polinyà de Xúquer, Alberic o la Pobla Llarga. Todos los vecinos de la comarca fueron asesinados con posterioridad al fin de la guerra, represaliados por una dictadura que dio sus primeros pasos sobre el miedo y la muerte. Así, los fusilamientos de los ribereños que yacen en la fosa común número 94 se produjeron en noviembre de 1939. En tres días fueron asesinadas 106 personas, enterradas todas juntas, a montones. Sin ningún tipo de respeto. Por su parte, en la fosa 128 se espera encontrar a 167 personas, fusiladas entre el 23 de octubre de 1940 y el 15 de marzo de 1941. Las asociaciones que han promovido las exhumaciones confían en que una vez comienzan a difundirse noticias de una apertura de fosa suelen aparecer más familiares que se implican en la búsqueda, ya que de inicio no son muchos los que mantienen intactas las fuerzas, tras décadas de silencio y sin reconocimiento alguno. Alejandro Calpe es uno de los arqueólogos que está participando en las exhumaciones de Paterna. «Normalmente cuando empezamos a trabajar y la noticia sale en prensa, la gente se entera y se acerca para consultarnos», señala. Actualmente, Calpe trabaja en la exhumación de la fosa 22 y confia en que en dos o tres meses podrán comenzar en las fosas 94 y 128.

Muchos de los fusilados son gente joven que fue represaliada por su participación en la República o la guerra. No era necesario contar con un delito de sangre para ser asesinado por el aparato represor franquista. Pensar diferente era suficiente para acabar en una fosa común. Así, por ejemplo en la fosa 94 yacen vecinos de Sollana, l'Alcúdia, Alginet, la Pobla Llarga o Cullera que se situaban en el momento del asesinato entre los veinte y los cuarenta años, siendo la mayoría de ellos labradores, gente del campo, gente del pueblo prácticamente sin estudios a pesar de los esfuerzos que se hicieron durante la República para educar a una población que en 1931 contaba con un 70 % de analfabetos. En la fosa 128 aparecen también labradores, además de algún mecánico, masajista, pastor o carnicero.

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