La ocupación turística se ha situado por encima del 92% durante la Semana Santa en Cullera, cifras levemente superiores a las del año pasado. Los dos días más fuertes fueron el viernes y el sábado, días en que se alcanzó al 100 % de ocupación en la mayoría de los hoteles y apartamentos turísticos. La ocupación el Jueves Santo y el Domingo de Pascua se situó por encima del 90%.

Los hoteles se imponen como el alojamiento preferido por los visitantes, aunque se ha registrado un notable incremento de visitantes en aparthoteles y en el cámping donde también las cifras se situaron cercanas a la media. Se ha notado un ligero descenso en cuanto a la ocupación de apartamentos de alquiler con respecto al año anterior, aunque en los días comprendidos entre el viernes y el domingo se superaba el 90%.

Representantes del sector hotelero consideran que las cifras «son muy buenas; las fechas nos hacían tener un poco de precaución a la hora de hablar de reservas, pero aun así, hemos estado por encima de las cifras del año anterior, que ya fue excelente», destacan.

La oficina turística de la playa de Cullera ha recibido un 10% más de visitantes. El mayor número de turistas españoles proviene de Madrid. Y el resto procede de la Comunidad Valenciana, País Vasco y Castilla-La Mancha. Los extranjeros que acuden a la oficina de turismo llegan de Francia y Reino Unido.

Los hoteleros se han declarado «muy contentos» por los resultados de la Semana Santa y Pascua. «En algunos restaurantes del paseo marítimo han tenido que triplicar las mesas a la hora de la comida». Los restaurantes han experimentado unas cifras de ocupación muy buenas tanto a mediodía como en las cenas, viéndose largas colas a la espera de ser atendidos. Las plantillas se han visto reforzadas, trabajando incluso más que en algunos meses de la época estival.

Las ventas han sido muy positivas en muchas de las tiendas de souvenirs, ropa o complementos, al igual que en otros negocios. Representanes del sector comercial reconocen que los ingresos han sido similares a los que registran durante semanas de julio o septiembre. Aquellos que se decidieron a abrir durante la Semana Santa y Pascua han hecho su agosto particular entre marzo y abril.

Las tiendas de souvenirs tuvieron que contratar empleados para dar salida a la demanda. Algo que ha sucedido también en zapaterías o en supermercados ante el crecimiento de las ventas. La Semana Santa suele ser un barómetro de los meses estivales. Las expectativas, pues, son buenas.