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Una malla tapa los naranjos de una finca de 3 hectáreas para evitar la «pinyolà»

La empresa Albenfruit de Algemesí apuesta por una innovadora medida ecológica que evita la polinización cruzada en variedades como la Nadorcott - Su aplicación sirve para que las naranjas no tengan semillas

Una malla tapa los naranjos de una finca de 3 hectáreas para evitar la «pinyolà»

Los mercados de exportación son exigentes con los productos que demandan. Naranjas casi perfectas, colores intensos, calibres específicos y sobre todo, sin semillas. Precisamente, para acreditar que los futuros frutos no tendrán molestas pepitas por la polinización cruzada, la empresa Albenfruit de Algemesí ha cubierto los árboles de Nadorcott con una malla que los aísla de los insectos. Una innovadora medida ecológica que evita el uso de tratamientos fitosanitarios que pueden afectar a las abejas, evitando de este modo su muerte y favoreciendo la compatibilidad entre actividades citrícolas y apícolas.

La finca, ubicada en la partida de Rumbau de Alzira, tiene tres hectáreas y aproximadamente hay más de 200 metros de tela por cada tira. Esta red, que está enterrada junto al tronco, está fabricada con polietileno de alta densidad y el tamaño de los orificios permanece uniforme. Su transparencia evita cualquier fisiopatología, permitiendo al árbol efectuar los procesos metabólicos. No obstante, se reduce la radiación directa, obteniendo así una mejor rentabilidad para el cultivo.

Todo para luchar contra la temida «pinyolà», es decir, la aparición indeseada de semillas en variedades, que de normal, cultivadas de forma aislada no presentan tal alteración. ¿Quién lo provoca? Los insectos que transportan el polen que procede de una variedad genéticamente distinta y que se encuentra en huertos próximos a la plantación. Y es que la diferencia entre tener pepitas o no, se traduce en una notable diferencia de precios que justifica la gran inversión realizada. «Esta estrategia para cubrir las plantaciones durante las semanas de floración está dando muy buenos resultados. Esto nos permite colocarnos definitivamente como productores y suministradores de cítricos que con toda seguridad no tengan semillas», explican desde la firma naranjera de Algemesí.

Al lado del mundo rural

Este «tapado», en el que han trabajado varios operarios durante semanas y de forma manual, fue probado en otros campos y tal fue el éxito, que ahora han decidido extenderlo a más fincas. Además, cuenta con más ventajas y es que si hiciera falta realizar algún tratamiento mientras está colocada la malla, se puede efectuar; el tractor y el tanque de pulverizar puede pasar entre las hileras, y los orificios de la red son suficientes para que pueda penetrar el producto fitosanitario.

Podrían haber optado por una instalación fija como las miles que hay repartidas por toda la geografía agrícola, pero supone una inversión mucho más elevada, exige en algunos casos proyectos técnicos, autorizaciones municipales y según opinan, representa una actuación que también tiene desventajas, como su mantenimiento y el hecho de que en época invernal perdura demasiado la humedad en su interior, algo que no es recomendable para el desarrollo del cultivo y la adecuada recolección de la cosecha. Con esta idea, cumplen con el objetivo de producir naranjas sin semillas de alta calidad comercial. «Estamos satisfechos por su aplicación y su funcionamiento. Logramos eludir que los insectos como las abejas, realicen la polinización cruzada sin perjudicarlos, mostrando nuestro compromiso con el mundo rural en todos sus ámbitos», sentenciaron desde Albenfruit.

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