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La puesta en marcha de una ganadería agranda la leyenda taurina de Algemesí

La familia Pujol-García marca los primeros animales tras 17 años de trámites y esperas para poder desarrollar su explotación - El propietario sueña con que sus bovinos puedan lidiarse en la plaza de toros rectangular

La puesta en marcha de una ganadería agranda la leyenda taurina de Algemesí

Algemesí es, por excelencia, la localidad de la Ribera con una mayor tradición taurina. Su peculiar coso y su Setmana de Bous son conocidos en diferentes rincones de la geografía española. El mundo de la tauromaquia algemesinense se expande ahora con la incorporación de la ganadería Pujol Gómez, una explotación que recientemente marcó sus primeros animales y que tiene entre ceja y ceja colarse en los carteles de la feria taurina local.

Apoyo familiar

«Es imposible desvincularse del mundo de los toros, es una cosa que se lleva en la sangre. La gente no entiende ese sentimiento, pero es muy complicado decir 'lo dejo del todo' y yo quería volver», afirma con contundencia. Pero el camino de regreso no fue, ni mucho menos, sencillo.

«Hace diecisiete años empecé a mover papeles y a invertir mucho tiempo para conseguir toda la documentación y los permisos correspondientes de la conselleria de Medio Ambiente. No entiendo que cueste tanto conseguir un número de explotación», explica Pujol, que añade entre sollozos: «He sufrido mucho todo este tiempo, he sentido una gran impotencia. Por suerte, siempre he tenido el apoyo de mi mujer y de mis hijos, ellos siempre han creído en mi ilusión y yo no quería defraudarlos.

No fue hasta hace tres años cuando su sueño dejó de serlo y se convirtió en realidad. En aquel momento recibió sus primeros animales: 25 hembras y un macho. Llegaron de ganaderías de Cádiz, Jaén y Toledo, como es el caso de las prestigiosas Rocío de la Cámara o El Soldado (de ésta última provenía el semental).

El hecho de contar ya con un ganado propio no implicó que, de repente, su vida se pintara de color de rosa. «Al principio se notaba que los animales notaban las diferencias entre su lugar de origen y Algemesí, les costaba adaptarse y yo no los veía a gusto», menciona al respecto. Pero poco a poco todo mejoró: «Llegaron las primeras crías y ahora ya empezamos a ver los buenos resultados, criar un ganado bravo es muy complicado y yo estoy sorprendido de cómo está yendo». Ahora ya cuenta con alrededor de setenta animales en sus instalaciones.

En busca de garantías

Según sus previsiones, al próximo año tendrá una novillada completa y espera que al siguiente sean dos o tres. «Están saliendo animales excelentes, si al año se pueden aprobar uno o dos animales me doy por satisfecho. Mi objetivo es poder hacer un par de novilladas buenas al año, prefiero la calidad que la cantidad», asegura Pujol.

Sus animales se crían pensando siempre en la lidia, para saltar al ruedo. No obstante, reconoce que el pasado año hizo una excepción y cedió seis de sus animales a los Bous al Carrer de Algemesí. «Vi que a los festeros les hacía un favor y yo también ganaba una gran visibilidad», admite .

La ganadería Pujol García está pensada como una empresa familiar (por eso lleva como nombre el apellido de Salvador y el de su esposa), pero eso no le resta peso a su proyecto: «Hay gente que se cree que he venido a jugar a los 'bous i vaquetes', pero de eso nada. He hecho una inversión muy potente, tengo unas buenas instalaciones. Me sacrifico por esto, por un lado está mi trabajo y por otro la ganadería, me privo de muchas cosas para poder sacarlo todo adelante», afirma.

El camino ha sido muy largo pero todavía queda una meta que alcanzar y, curiosamente, es la que se encuentra más cerca geográficamente: «Me gustaría empezar a probarme en varios pueblos y ciudades para, cuando tenga garantías suficientes, conseguir mi meta y mi sueño, que es ver a mis animales en la plaza de toros de Algemesí».

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