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La campaña arrocera estará marcada por la calidad de las cosechas

? La Ribera Baixa se prepara para inundar sus campos con la tradicional suelta de agua ? La condiciones climatológicas que se den en los próximos meses serán las que dictarán la cantidad recolectada y los precios finales

La campaña arrocera estará marcada por la calidad de las cosechas

La suelta de agua que tendrá lugar a partir de mañana en la Ribera Baixa marcará el inicio de la campaña arrocera. En pocos días, el paisaje pasará a convertirse en una reluciente lámina de agua de la que, con el paso del tiempo y las primeras temperaturas altas de la primavera, emergerán los brotes de la gramínea. Meses antes a esta situación, los agricultores labraron la tierra para darle la suficiente soltura que facilite el arraigo de las semillas, y el proceso culminará a las puertas del otoño con la siega. Esta inundación de los arrozales llega con restricciones, aunque los riegos están garantizados, tal y como ya avanzó este periódico. Las primeras previsiones apuntan a que la temporada será «normal», algo con lo que muchos trabajadores se contentan, y el arroz será de calidad. No obstante, todo dependerá de que las condiciones meteorológicas sean benévolas en las próximas semanas, ya que de este factor externo depende el resultado final.

«Este año hemos tenido una climatología un poco adversa con meses de mucho calor, días de frío polar y algunas trombas de agua inexplicables. Los labradores afrontan el 2018 como uno más. Todavía es pronto para marcar precios o cantidades que se van a recolectar. Lo que hay es multitud de variedades como el bomba, el sirio, el piñana, el gleva o el sendra. Unas se recogen antes y otras más tarde, pero tendrán muy buena calidad», auguró el presidente de la cooperativa Unió Cristiana de Sueca, José Luis Mariner.

La anterior campaña estuvo marcada por la merma en la producción a causa de los altos registros que alcanzó el mercurio durante los meses de verano. «Fue un poco deficiente. No era tan bueno como en otras ocasiones y la recolecta fue menor. Hubo algunas zonas en las que fue un verdadero desastre. Como cada año, la ilusión la tenemos puesta, al igual que la confianza. Ahora ya no depende de nosotros mismos. Nos tiene que acompañar el tiempo. Si no hay nada extraño, creo que afrontaremos una buena temporada», sentenció.

Durante la avenida de los próximos días, queda terminantemente prohibido el riego de otros tipos de cultivo y tampoco está permitida la reparación de boqueras o canales de paso del agua entre campos. Asimismo, los arroceros que hayan realizado márgenes por medio de tractores, deben habilitar las boqueras en su lugar correspondiente. Son recomendaciones de la Comunitat de Regants, agrupación encargada de que este capítulo de riegos se produzca sin mayores problemas.

Control de plagas

Superada la primera y delicada fase, y una vez tomen cuerpo las briznas del arroz, los agricultores procederán a tratar los arrozales contra las malas hierbas que compiten con el crecimiento de los tallos. Durante el desarrollo de la planta, también tienen que lidiar con la amenaza de plagas y hongos como el «Pyricularia» y la anoxia. El año pasado ya se detectó la presencia de ambos, principalmente en las zonas donde se cultiva la variedad bomba, aunque la mayor parte de las parcelas, apenas se vieron afectadas.

La anoxia de la planta se produce por falta de oxígeno ante la imposibilidad de quemar la paja del arroz de otras campañas. Y la «Pyricularia» es un hongo microscópico que ataca a las hojas e inflorescencias del arroz, produciendo además, una sustancia tóxica que desorganiza e inhibe el crecimiento de los tejidos. Los mayores daños en el cultivo se producen cuando afecta al nudo basal de la panícula y su control es bastante complicado.

Precio de venta

El elevado coste de los fitosanitarios y herbicidas provoca que los beneficios se reduzcan al mínimo. De cara a esta temporada, se espera que los comercios valoren a la cooperativa arrocera y su producto por lo que es, una de las más importantes del territorio no solo en la Comunitat Valenciana, sino también a nivel nacional. Y es que en la autonomía se producen algo más de cuarenta millones de kilos y treinta de ellos son ribereños. En España, tan solo Sevilla puede equipararse con Sueca. Además, pese a que la superficie de cultivo es más reducida que en otras zonas, las cifras suelen superar los 700 kilogramos por hanegada, unos números a los que otras cooperativas no llegan.

Ahora, solo cabe esperar al tiempo. El agua, que a partir del lunes volverá a unir las dos comarcas, será retirada en «l'eixugó» de principios de verano, antes de que los arrozales vuelvan a ser inundados hasta antes de la siega.

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