Fieles a la tradición, la Parroquia San Bartolomé Apóstol de Almussafes y su Cofradía de la Santísima Cruz organizaron el pasado fin de semana dos de las fiestas más destacadas del calendario anual de la entidad. El sábado conmemoraron, en colaboración con diversas asociaciones del municipio, la fiesta de las Cruces de Mayo y el domingo llevaron a cabo, siguiendo la tradición, la Bendición del Término, que cada año preside la Santísima Cruz, reliquia que trasladan en procesión hasta la cruz del término, donde tiene lugar la ceremonia.

La devoción por la patrona de Almussafes, la Santísima Cruz, volvió a quedar patente durante el pasado fin de semana con la celebración de la Bendición del Término de la localidad y de la fiesta de las Cruces de Mayo, dos conmemoraciones organizadas por la Parroquia San Bartolomé Apóstol a través de la Cofradía de la Santísima Cruz que llenaron de nuevo las calles del municipio de fiesta y tradición.

El sábado 5 de mayo por la mañana las cruces elaboradas por distintas asociaciones y entidades quedaron expuestas al público en distintos puntos del núcleo urbano. En esta ocasión, como en las anteriores, participaron, además de la propia parroquia, el Ayuntamiento, las camareras de la Cofradía de la Santísima Cruz, las Fallas Primitiva, La Torre y Mig Camí, los vecinos de la calle San Bartolomé, el Centro Cultural Andaluz, la Asociación de Jubilados y Pensionistas, los Clavarios de la Divina Aurora, las Clavariesas de la Divina Pastora, Juniors Moviment Diocesà y el Movimiento Cristiano de Almussafes.

A las 19 horas del mismo sábado, y tras la bendición de las cruces por parte del párroco, Don Miguel Martínez Ferrer, a las puertas del templo parroquial, la comitiva recorrió las calles de la población acompañados de la Colla d´Al-mansáf de tabal y dulzaina para visitar las doce cruces, cada una decorada con un estilo diferente. Mientras unos grupos se decantaron por engalanarlas con flores y plantas, otras optaron por utilizar técnicas manuales con el objetivo de presentar otro tipo de trabajos, circunstancia que aportaba diversidad al resultado conjunto de la iniciativa. Al final del recorrido, que con esta alcanza su quinta edición, se ofreció horchata y fartons para los asistentes.

Bendición del Término

Al día siguiente, el domingo 6 de mayo, la Cofradía de la Santísima Cruz y los devotos de la patrona del municipio vivieron una de las jornadas más emotivas de todo el año. Ya a las 8.30 horas empezaba a sentirse el ambiente festivo con el volteo general de campanas y el disparo de 21 salves. Un poco más tarde, a las 10.30 horas, se llevó a cabo un pasacalle para recoger a las máximas representantes de la cofradía de este 2018, las camareras, cargo que este año ostentan las hermanas María Jesús y María Dolores Rosaleny Asensi.

Alrededor de las 11.30 horas comenzó la procesión que llevó al lignum crucis y a toda la feligresía a través de las calles Médico Bosch y San Bartolomé hasta la cruz del término, donde tuvo lugar la solemne bendición del término, ceremonia religiosa en la que se pide la intermediación divina para preservar las cosechas de la temporada. Durante el trayecto, en el que también participaron diversos representantes de la corporación municipal, se dio a besar la sagrada reliquia a todos los enfermos e impedidos que lo pidieron.

A continuación, la iglesia acogió una eucaristía, tras la que los integrantes de la cofradía y sus invitados, un total de 121 personas, se trasladaron hasta el restaurante Nou Llar para compartir una comida de hermandad que sirvió para poner el punto y final a un intenso fin de semana. "De todo lo vivido yo destacaría el sentimiento de confraternidad que se respiró durante ambos días. Estamos muy contentos porque además se han inscrito bastantes cofrades y la mayoría mujeres", explica el presidente de la Cofradía de la Santísima Cruz, Pablo Duart.