El caso del tráiler que, siguiendo lasindicaciones del GPS, apareció el sábado por la noche en las empinadas cuestas de l'Eixavegó Alt de Alzira cuando se dirigía a Llaurí es llamativo por el trayecto recorrido por caminos secundarios, pero no es ni mucho menos el primer conductor al que el navegador saca de la carretera de Corbera (CV-510) para introducirlo por el conocido como Camí de la Perrera, una vía local que discurre junto al área de Urgencias del hospital. El goteo repetido de camiones que quedan atrapados cuando llegan a la pequeña rotonda del Camí Vell de Corbera, justo al otro extremo del Camí de la Perrera, ha llevado al ayuntamiento a reforzar recientemente la señalización con una placa fluorescente que alerta de que, para vehículos de grandes dimensiones, se trata de un trayecto sin salida. Cuando un camión llega a ese punto y constata que no puede continuar, la Policía Local se encarga de regular el tráfico para que, marcha atrás, deshaga el trayecto recorrido y regrese a la carretera de Corbera.

El camión de 18 metros de longitud que el sábado quedó atrapado en l'Eixavegó Alt entró al Camí de la Perrera por este mismo punto después de que el GPS le indicara que tomara la primera salida al llegar a la rotonda del hospital, informaron fuentes policiales. La rotonda del Camí Vell de Corbera no supuso un obstáculo y el vehículo siguió en dirección al cementerio y a la zona de chalets de l'Eixavegó. A medida que avanzaba, la posibilidad de dar la vuelta resultaba cada vez más improbable, hasta que al llegar a las pronunciadas rampas todo se complicó si cabe más y comenzó una auténtica odisea.

El camión acababa de llenar el depósito antes de cargar en Llaurí y con la inclinación de la calzada empezó a perder combustible...y las ruedas a patinar. Una llamada alertó a la Policía Local ya por la noche de la inusual presencia de un camión de gran tonelaje con problemas en esta zona y sobre la 1,30 de la madrugada del domingo los agentes movilizaban a los bomberos del parque de Alzira para, inicialmente, una limpieza de calzada. No ha trascendido cuánto tiempo pudo estar el chófer tratando de salir del embrollo. La sorpresa de los bomberos al encontrar el tráiler en ese punto fue mayúscula. La primera medida que adoptaron fue cortar al vertido de gasóil colocando una bolsa de plástico en el depósito mientras, junto a los agentes de la Policía Local, valoraban la posibilidad de encontrar un punto en el que el camión pudiera girar. La alternativa pasaba por esperar al día siguiente la llegada de una grúa que tampoco tendría fácil el acceso. Había que intentarlo.

Esparcieron tierra con palas y azadas para evitar que las ruedas patinaran. Iluminaron con focos la zona, ya que uno de las complicaciones que tenía el chófer era que no veía el entorno y, tras medir el camión y el espacio de la cerrada curva, las fuerzas de seguridad decidieron que unos 200 metros más arriba había un punto en el que el camión podía maniobrar. Instalaron una emisora de radio en la cabina para que el conductor pudiera recibir sus indicaciones y, con éstas y la pericia del conductor, consiguieron sacar el camión del punto en el que había quedado encallado, aunque no habían acabado los obstáculos. Más arriba, al recular el camión en un camino, la barra trasera que protege de posibles empotramientos topaba con unas rocas que los bomberos optaron por picar y retirar. El camión pudo finalmente dar la vuelta sin mayores daños que los bordillos de unas aceras rotos. Los bomberos dieron por acabado el servicio a las 2,55 horas.