Corría el año 1953 cuando el escritor estadounidense Ray Bradbury escribió la novela distópica «Fahrenheit 451». Imaginó en ella un mundo sin libros en el que amantes de las letras memorizaban las historias para que no se perdiesen. También a Laura Granell y Arturo Blasco, de Sueca y Alzira, respectivamente, muchos les dijeron que rayaban la locura cuando hace cuatro años se lanzaron a un proyecto editorial que pretendía dar vida a libros que transmitiesen valores humanitarios y que fortaleciesen el sentimiento de arraigo. En valenciano, además. Lo que para algunos era una odisea, hoy es una iniciativa potente con más de cincuenta títulos en cartera. Su nombre es Reclam Editorial.
Según desvelan los editores, al unísono: «Iniciamos la actividad estudiando Magisterio en la facultad. Coincidimos en el último curso y Laura había publicado un libro ilustrado, mientras yo estaba inmerso en un poemario. Conocimos nuestros trabajos e hicimos una buena amistad. Decidimos entonces hacer un libro, «Carles i Galeta», que acabaría siendo una publicación de Reclam. Yo lo escribí y Laura lo ilustró. Era sobre un niño que tenía una deficiencia visual que consigue superar la barrera de la diversidad e integrarse completamente en su entorno».
Una cosa llevó a la otra y tras el primer libro, ya no se pudo parar. «Creíamos que había otra forma de hacer las cosas. Ese fue el inicio de Reclam. Una decisión desde el corazón, con una convicción vocacional, nada mercantilista», relata Granell.
Importantes personajes
Blasco reconoce un trayecto duro, lleno de obstáculos y con satisfacciones raramente monetarias: «La editorial no para de crecer y el sacrificio es mucho. Quizá en un momento tendremos que decidir elegir por una de las dos cosas. Hemos hecho muchos libros y todos ellos son una satisfacción pero aquellos que tienen que ver con los niños más pequeños y que transmiten valores son para nosotros especiales. Nos ha hecho ilusión conocer a muchos personajes. Paco Cabanes El Genovés, Quique Dacosta, Raimon, Didín Puig... Nuestra satisfacción más grande es pasear por cualquier pueblo y ver nuestros libros en una librería. Ver a niños que lo llevan en las manos, estar en alguna feria y que conozcan los libros... todo eso es increíble para nosotros».
Reclam apareció en plena crisis económica, con todos los retos que ello suponía. En un momento, además, de transformación del mundo editorial con la consolidación de las opciones digitales. Sin embargo, fueron avanzando, con la fidelidad a un producto que buscaba dar voz a nuevos personajes. «El mundo editorial es muy duro. Hay muchos libros, cada vez más, con muchas editoriales. Nacimos en un momento en el que también aparecieron otras y la competencia solo hace que aumentar. Siempre se ha dicho que el libro en valenciano no tenía futuro y nosotros, con nuestra experiencia, decimos que no es cierto. Cada vez se lee más en valenciano. Es un mundo al que te tienes que dedicar por vocación y por ilusión y no por hacer negocio. Las ayudas son muy pequeñas y la competencia, enorme», añade Laura Granell.
«Sitio para todos»
Reclam ratificó la potente apuesta que la comarca ha realizado siempre por el mundo editorial, con auténticos trasatlánticos de los libros como Bromera. «Hay sitio para todos», ratifica Arturo Blasco.
Parecen haberlo demostrado en cuatro años en los que han protagonizado el nacimiento de un libro cada mes. Los próximos en cartera hablarán de la «reganyà» de Alzira con un libro bilingüe valenciano-inglés y de los deportados de la Costera, la Vall d'Albaida y la Canals de Navarrés a los campos nazis.
