Cullera ha dado un nuevo paso para poner en marcha la piscina cubierta con la aprobación de las tarifas de este nuevo servicio de gestión pública, lo que permitirá activar una infraestructura que estaba previsto que se abriese en 2009 con un proyecto que el anterior ejecutivo del PP encabezado por Ernesto Sanjuán diseñó con 5 piscinas, un balneario y un hotel de 108 plazas. La crisis económica tumbó la magnánima propuesta y el nuevo equipo de gobierno apostó por una vía más «razonable» para poder acabar las obras. El gobierno (PSPV-PSOE y Compromís) sacó adelante la propuesta de las tarifas con el único apoyo de Gent per Cullera, el voto negativo del Partido Popular y la abstención de Ciudadanos durante el pleno ordinario de mayo.

El paso era fundamental para abrir las instalaciones y evitar el bloqueo, según explicó el alcalde, Jordi Mayor, quien lamentó que la derecha «se haya retratado y haya intentado boicotear la nueva infraestructura, que precisamente ellos dejaron paralizada con un embrollo burocrático que este gobierno y el Consell de Ximo Puig hemos tenido que arreglar. No quieren que se abra la piscina porque no soportan que el gobierno del PSPV y Compromís haya arreglado el empastre que dejaron».

Habrá una segunda fase

Las instalaciones se abrirán en pruebas hasta que se acabe la segunda fase de la obra y tendrán un coste para el usuario de 20 euros al mes. Para niños (4-17 años) y personas con diversidad funcional (33 %) el precio será de 12 euros. Los pensionistas y jubilados pagarán 15 euros y existirá un bono familiar de 40 euros. La previsión que hace el consistorio es la de 1.200 usuarios iniciales. No obstante, la máxima autoridad local dejó claro que la intención «no es obtener beneficio económico porque no vemos la piscina como un negocio, sino como un servicio más que se presta a la ciudadanía como la Casa de la Cultura o el Polideportivo Municipal».

Embrollo burocrático

El primer edil destacó el trabajo realizado por el nuevo gobierno para acabar las obras de la primera fase y conseguir la financiación de dos millones de euros a través del Consell para ejecutar la segunda. Además, se ha logrado que la Generalitat asuma el coste de 450.000 euros que representó el pago de la vigilancia de las obras de la piscina por la paralización en 2014 de los trabajos al quedarse sin financiación. La instalación se encuentra en proceso de finalización de la primera fase tras haberse realizado un modificado de la obra. La inversión del modificado asciende a 464.000 euros de los que el consistorio se hará cargo de 211.000. Por su parte, la Generalitat correrá con los gastos íntegros de la finalización de la primera fase.