La planta de valorización de residuos La Vintena de Carcaixent, perteneciente al grupo DAM (Depuración de Aguas del Mediterráneo), ha impulsado un proyecto piloto que mezcla la paja del arroz con lodos procedentes de la depuradora, además de sandach (desechos animales no destinados al consumo humano), lo que permite reutilizar los despojos vegetales como abono agrícola. El objetivo es evitar su combustión, un problema que genera año tras año enormes cantidades de dióxido de carbono y, por ende, altos niveles de contaminación con sus extensas columnas de humo, visibles en el entorno de València y su área metropolitana. Por eso, este programa busca sofocar una controversia que podría verse contenida con la amplicación de la planta, pensada a corto plazo, con la que se podría quemar un 20 % del total, alrededor de 10.000 toneladas de paja, cantidades que podrían asumir de forma íntegra. «La intención es realizar una gestión sostenible de la paja del arroz. Se trata de un plan de economía circular agroalimentaria, que propone la reutilización, aprovechamiento y transformación de residuos para producir un compost de calidad», explicó Olga Herrero, una de las responsables de DAM.

Para su elaboración, en la que han estado asesorados por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), se han utilizado un total de 218.780 kilogramos de lodos y 26.280 kilogramos de paja de arroz, que tras ser mezclados y volteados con una frecuencia de tres veces por semana, han dado lugar a la obtención de 87.912 kilogramos de compost, que ha necesitado un mes de maduración para poder ser utilizado como abono agrícola. Previamente, la paja del arroz fue transportada en pacas cilíndricas para ser triturada, aunque los expertos aseguraron que este paso es prescindible, y almacenada en pilas a las que más tarde se les añadieron los lodos de la depuradora. Asimismo, el resultado obtenido cuenta con todos los nutrientes para ser registrado como enmienda orgánica y cumple con los requisitos establecidos sobre productos fertilizantes.

Una necesidad obligada

Desde la entrada de Franscesc Quesada como secretario autonómico de Medio Ambiente, en sustitución de Julià Álvaro, la Administración autonómica trató de encontrar una alternativa al fuego que compatibilizase los intereses ambientales y los agrícolas. Y ahora, con este ensayo, para el que se han necesitado entre 14 y 15 semanas, se ha creado un fertilizante natural, consiguiendo la meta de residuo cero. «Se trata de un producto higienizado y con garantías sanitarias y medioambientales, lo que pone de manifiesto que la paja del arroz es un estructurante válido y de calidad para la elaboración de compost con lodos. Es necesaria la participación de las partes implicadas; agricultores, administración, gestores y ciudadanía, para que la valoración de los despojos vegetales sea una realidad y nos permita obtener recursos de uno de los residuos más difíciles de gestionar en la Comunitat. El sector agrario o los ayuntamientos son los que que pueden hacer de este proyecto una realidad, cuyo análisis demuestra que es un producto aprovechable», apuntó Quesada en su visita a la planta de Carcaixent.