El ayuntamiento local del PP asumió en 2004 el encargo de convertirse en agente urbanizador cuando la burbuja inmobiliaria no hacía más que inflarse. El acuerdo entre el consistorio y la Generalitat fue ratificado en 2004, cuando el hoy encarcelado ex conseller Rafael Blasco dirigía la política territorial, empeñado en sacarle lustre a los macroproyectos. En cambio, los actuales gobiernos municipal y autonómico, controlados por el PSPV y Compromís, desean desvincularse de la operación, no porque traten de impedirla sino para no tener que asumir la carga económica y política. El dueño de la mayor superficie en la Bega, el empresario Andrés Ballester -impulsor de la exitosa fórmula de apartamentos Florazar en Cullera- ya ha anunciado que está dispuesto a liderar una asociación de propietarios que se convierta en agente urbanizador.