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Las cabras ya pasean por Antella

Los vecinos han avistado ejemplares por las calles del centro del pueblo durante las últimas semanas, sobre todo por la noche

Las cabras se pasean por Antella

Las cabras se pasean por Antella

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Las cabras se pasean por Antella J. L. Llagües | alzira

Las imágenes de una cabra montés paseando por el colegio público de Antella y buscando restos de comida procedentes del almuerzo que pueden dejar los escolares tras el descanso del patio corrieron como la pólvora el pasado mes de abril. Ahora, estos animales han dado un paso más y ya pasean por las calles del pueblo. Al menos, durante la noche. Los vecinos de la localidad han podido avistar durante las últimas semanas diversos ejemplares de esta especie deambulando por el municipio. Al parecer, aprovechan los momentos de oscuridad cerrada -con las vías prácticamente sin transeúntes- para bajar hasta esta población con un censo de alrededor 1.500 personas y buscar comida y agua.

La presencia de ejemplares en los inmuebles más cercanos a la montaña ha sido constante durante los últimos años, pero no era tan habitual verlas en las calles.

Diego Barber vive en una de esas casas y apunta que «para nosotros es bonito, la verdad. A veces te levantas para desayunar y puedes ver algunas cabras por la ventana. O cuando te pones a comer. Es algo ya habitual desde hace años y hay que decir que no han dado ningún problema».

Expone que cuando el ser humano se acerca los ejemplares no se suelen alterar, como si ya estuvieran acostumbrados: «No te dejan arrimarte, no dejan de ser animales salvajes. Si ven que vas hacia ellas se van tan tranquilamente. No parecen alteradas».

Otro de los residentes de la zona destaca a un macho de unos cuatro años como el ejemplar que más llama la atención: «Hemos vista muchas, hasta quince a la vez. Eso sí, hay un macho que parece que se ha criado aquí, que se pasea tan chulo, como si fuera su casa. Sin problema ninguno. Te mira fijamente y no tiene problemas. Es algo bastante raro, ya que la mayoría huye si nos ve cerca».

Javier González es el actual presidente de la agrupación local de cazadores. También tiene noticias de este último ejemplar: «Parece ser que hablamos del mismo. Un compañero me comentó que iba por la montaña con sus perros y se encontró con este macho. Dice que era la cabra la que tiraba a atacar a los canes. Que no tenía ni pizca de miedo».

Turismo cinegético

González confirmó que los cazadores tienen cada año un número cerrado de precintos que permite controlar el número de ejemplares de esta especie que pueden abatir. Así, la Conselleria de Medio Ambiente ha otorgado 16 etiquetas este año. La agrupación comercializa los precintos con una firma externa, lo que se traduce en la visita de turistas cinegéticos. «Es una forma de generar recursos para nosotros y para el pueblo. Pueden venir de otras partes de España o del extranjero. Lo que hacemos es controlar que las cosas se hagan de la forma correcta. Un ejemplo muy concreto: en época de cría recordamos que no se pueden cazar hembras».

La presencia de estos animales en núcleos habitados -en Sumacarcer también han sido vistas- podría deberse a su traslado a montañas más próximas, donde se refugiaron a raíz del incendio declarado Bolbaite en 2016.

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