La sensación que reina en el ambiente tras bajarse el domingo el telón de la Feria Modernista de Carcaixent es que esta tercera edición ha sido todo un éxito. El gobierno municipal admite que se ha visto una feria «mejor que la del año anterior», aunque prefiere esperar a que pase la euforia para realizar una valoración en frío «buscando la objetividad». Con todo, de cara al año que viene, tiene la intención de encargar un estudio a la universidad que permita constatar de forma rigurosa el impacto económico y social del certamen, su proyección o el área de influencia para poder realizar una valoración cuantitativa, pero también cualitativa de lo que representa.

«Será ya el final de la legislatura y la nueva corporación tendrá un documento para valorar lo que han sido estos cuatro años de feria que servirá para bajar de la nube sino se ajusta a las expectativas o para reafirmarse», comentó ayer el alcalde de Carcaixent, Paco Salom, mientras expresaba la «alegría contenida» por el resultado de esta tercera edición. «Hemos visto una feria mejor que la del año anterior y las primeras conversaciones con los participantes así lo confirman, pero soy partidario de que pasen unos días para enfríar los ánimos y hacer una valoración buscando la objetividad y no la euforia interesada», señaló. Salom dijo no tener constancia de ningún problema «ni sorpresa desagradable» mientras que, como aspectos destacables, apuntó que se ha detectado «una mayor afluencia de visitantes de fuera» -citó como ejemplo gente desplazada desde València o Cartagena- o la implicación de diversos colectivos que realizan propuestas, más allá de la programación que pueda impulsar el ayuntamiento.

Salom reveló que la idea era haber contratado ya este año con la universidad la elaboración de un «estudio sólido» sobre el impacto de la Fira Modernista desde diferentes vertientes y que, de hecho, ya hay trabajo adelantado, si bien finalmente se encargará para la próxima edición.

El alcalde, pese a la prudencia de sus palabras, transmitía satisfacción. «Subjetivamente, por la información que recibes, se ha de hacer como fiesta porque es necesario, la gente lo pide, pero detrás hay un proyecto social y económico que está arraigando», indicó.

Desde el punto de vista comercial, Paco Salom defendió que la feria contribuye a reactivar el sector y, de forma gráfica, explicó que que «se ha golpeado el avispero y la gente se está despertando», si bien señaló que el certamen es un escaparate más que una oportunidad de venta inmediata. Por lo que respecta a la restauración, el alcalde indicó que en algún caso le habían comentado que habían sido incluso días mejores que los de las fiestas patronales. Con todo, Salom incidió en su mensaje de controlar la posible euforia.