La demolición de las casas de la calle Chulvi que expropió el Ayuntamiento de Alzira comenzará en cuestión de horas -el contratista prevé iniciar los trabajos esta semana o el lunes como muy tarde- y centrará la atención de los expertos ya que, por un lado, se trata de un Área de Vigilancia Arqueológica Especial al formar parte del centro histórico e identificarse este rincón como el lugar donde Jaume I autorizó la construcción de un horno frente a la iglesia de Santa Catalina -la actividad se mantuvo en uno de los inmuebles hasta el año 1995 con las inevitables reformas y aterramientos para elevar el nivel del suelo- mientras que, por otro, el investigador local Norbert Blasco sitúa en el patio de una de las viviendas que en estos momentos resulta inaccesible por el estado de ruina de los inmuebles un arco de piedra de medio punto que, en su día, podría haber delimitado la entrada a la judería.

El ayuntamiento ha dado instrucciones a la empresa Excavaciones Nelo, contratista de las obras, para que realice una demolición controlada que permita detectar y recuperar cualquier elemento de interés arqueológico o etnológico que pudiera aparecer. El director del Museu Municipal d'Alzira (MUMA) confirmó que se va a realizar un seguimiento del derribo mientras que la Asociación Gaspar Dies para la defensa del Patrimonio Histórico de la Ribera también tiene previsto supervisar los trabajos. Cabe señalar que la normativa obliga a conservar las fachadas de estas viviendas, si bien ante la imposibilidad de instalar un apeo debido a la estrechez de la calle, los trabajos de demolición contemplan rebajar las fachadas hasta una altura en que los técnicos consideren que no existe riesgo de desplome.

La advertencia realizada por la asociación Gaspar Dies de que los patios interiores de las viviendas podían conformar en su día un «atzucac» o callejón en el que el investigador Norbert Blasco sitúa un arco de piedra que podría delimitar el acceso a la judería o barrio judío, que se localizaba en este extremo de la Vila coincidiendo con la calle y la plaza de la Sangre, llevó al concejal de Gestión Urbanística, Fernando Pascual, a ofrecer a este colectivo la posibilidad de vigilar la demolición, a la vez que garantizaba un control «exhaustivo» de las obras.

Con todo, el plan especial de protección de la Vila ya incluye el antiguo horno -uno de los inmuebles de la calle Chulvi que se derribarán para garantizar la seguridad- bajo el concepto «horno medieval» en la denominada Área de Vigilancia Arqueológica Especial. Como ya informó Levante-EMV, el arqueólogo municipal y director del MUMA, Agustín Ferrer, elevó un informe en febrero de 2015 que alertaba de la necesidad de actuar con especial cuidado en el número 2 con el objetivo de constatar y en su caso, proteger este horno como elemento de interés arqueológico y etnológico. Los expertos consideran que se trata muy probablemente del horno más antiguo de Alzira que, con las inevitables reformas con el paso del tiempo mantuvo la actividad del que Jaume I autorizó construir en el siglo XIII en este punot, ya que en aquella época era el monarca o algún noble quien tenía el control del sector «industrial».