La participación de la población más vulnerable en los programas de prevención del cáncer es menor y son necesarias actuaciones específicas orientadas a los sectores que menos participan. Ésta es una de las conclusiones de la séptima edición del Proyecto RIU de promoción de la salud en el barrio de l'Alquerieta, que ayer entregó los diplomas a nueve nuevos agentes de salud que han completado el proceso de formación y que se encargan de acercar la información a sus propios vecinos y eliminar barreras invisibles. Culturales o diomáticas en unos casos, del propio sistema en otros.

Las conclusiones del trabajo presentadas ayer señalan que esta metodología ha permitido que la información y consejos en salud llegue a la población más alejada del sistema o que los programas de cribado poblacional del cáncer «no incorporan el enfoque de equidad», es decir, facilitar al usuario la información que necesita para que le sea útil.