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de ayer a hoy de ayer a hoy

Recuerdos cortados a tijera

La dinastía de los barberos Balmaseda se mantiene casi un siglo en Alzira

El arte del peine y la tijera tiene historia. En la antigüedad, el barbero solía hacer de cirujano. En la Edad Media, a pesar de que el atraso en la medicina era notable, existían en el cuerpo de médicos unas categorías fijadas en cuya cima estaba el médico internista. El cirujano era poco respetado y sus funciones a menudo se encomendaban al barbero.

Con el tiempo, el oficio, si bien mixto, cada vez fue más especializado, llegándose a distinguir los barberos, cuya principal ocupación era efectuar sangrías por indicación del mismo médico o por inclinación propia. La literatura nos señala barberos que fueron protagonistas en cada obra: Maese Nicolás fue, junto con el cura, amigo de «Don Quijote de la Mancha»; Cupido, el barbero de «Entre Naranjos», de Blasco Ibáñez, novela que se desarrolla en la Alzira de 1900. En música, se escribieron dos obras, «El barbero de Sevilla», ópera de Rossini y la zarzuela, del mismo título, de Beumarchals.

Para terminar este preámbulo dedicado a los barberos, les haremos saber que la tal Font del Barber, enclavada en el paraje de la Casella, se debe a haberla descubierto un barbero de Alzira hace más de cien años.

Ya ven, los barberos han sido en la historia, sacamuelas, comadrones y herbolarios. También han compartido la profesión con practicantes de la medicina, como José Mansergas en su barbería en el número 4 de la calle Mayor Santa Catalina, que fue uno de los primeros que comenzaron a inyectar penicilina, tras el descubrimiento del doctor Fleming.

La importancia de la profesión fue tal que en 1936, con motivo de la Guerra Civil, los barberos se agruparon en la planta baja del local del casino El siglo -después muebles Ramírez-. En el primer piso estaban los billares, en el segundo un ring para boxeo. El encargado de esta colectividad era el señor Tarín y el que hacía de empresario era el algemesinense Santiago Castells.

En 1931 habían censados en Alzira 37 barberos, algunos de ellos han tenido continuidad en la familia. A otros se les conocía por el mote. En el Carrer a la Parra, estaba «El». En el dels Negres, «Fatt». «Caixa», en Dr. Ferrán; Severino el «Xeperudet», en Calderón de la Barca. «Pelailla», en Colón y «El Mut», en Santa Teresa. Entre las sagas familiares de barberos están los Belenguer, Badenes, Grimaldos, Enrique Chordá «Calça» y los Balmaseda.

De esta última familia destacaremos en esta ocasión su profesionalidad en Alzira. Los hermanos José y Antonio Balmaseda Sanchis, a mitad de la década de los años 20 del pasado siglo, abren su peluquería en la calle Mayor San Agustín, 17, donde años más tarde se instalaría el alpargatero Antonio Benavent. La foto que acompañamos, de 1935, es de este lugar.

Tras la más incivil de las guerras, los Balmaseda, se ubicaron en el número 22 de esta misma calle, donde se instalan tres sillones; el de más al interior, servido por José Balmaseda Sanchis, tío de los hermanos Antonio y José Balmaseda Pérez, quienes a los 12 y 9 años, quedaron huérfanos y fueron adoptados, con el trato de hijos, por su tío José Balmaseda Sanchis. José era el padre del actual barbero-peluquero en la misma calle donde siempre se han instalado. Tras fallecer Pepe en 1989, se hizo cargo su hijo, José Balmaseda Gomar, quien el 21 de abril de 1996 abrió su nuevo establecimiento en el núnero 21 de la misma calle, donde atiende a una selecta clientela.

En 1997, los barberos alcireños homenajearon a compañeros que estuvieron al pie del sillón más de sesenta años, como F ernando Ramírez y José Moll, hallándose en este homenaje Ricardo Pineda, Vicente Benedito, Ernesto Grimaldos, Vicente Vilar, Francisco y Bernardo Hurtado, Antonio Pla y Justo Badenes.

Para aquellos profesionales de la peluquería de caballeros, que vuelven a estar de moda, y que que cortaron el pelo al «cero», a dos ceros, a «rape» con «francheta», al «alfonsino», «parisién», con «raya al medio» o al lado, y el «pan y toros» o «rullet», nuestro más cariñoso y entrañable recuerdo.

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