Entre las zonas afectadas también estaría la playa de la Escollera, que con la edificación del complejo desaparecería el cordón dunar al romperse la dinámica de vientos y los aportes de arena que las mantiene, así como la desembocadura del Xúquer, cuyo estado ecológico es moderado, debido a la construcción de un puerto deportivo. «El aumento de la población estacional generaría un aumento en las aguas residuales y la depuradora no tiene capacidad para asumir esos volúmenes. Tenemos que ser conscientes de que el litoral y las playas son de todos. Es un patrimonio que debemos cuidar y disfrutar en equilibrio con la flora y fauna que habita en ellos. Nuestro deber es proteger las costas sin urbanizar para no destruir los parajes».