Varios vecinos de l'Alcúdia han mostrado su malestar por la proyección de un tanatorio delante de sus casas. Su construcción está prevista en la esquina de la calle Federico García Lorca con la Avenida Comte del Serrallo, a tan solo cuatro metros de una zona residencial, y creen que la obra «solo podría comportar cosas negativas», aseguraron los afectados. Han abierto una lista para recoger firmas con el objetivo de paralizar el proyecto, ya que consideran que hay suficientes razones como para justificar que no está en el sitio adecuado. De hecho, utilizan argumentos sociales y residenciales para mostrar su rechazo al edificio destinado a velar los cadáveres y proponen como alternativa un punto más alejado. «No estamos en contra siempre que lo ubiquen en un lugar que no percuta de manera negativa para los residentes», señalaron.
Hasta el momento, la localidad cuenta con dos tanatorios, uno municipal, que se ampliará este año para celebrar despedidas civiles, y otro privado. Este sería el tercero, aunque según confirmó ayer el alcalde de l'Alcúdia, Andreu Salom, la empresa solo ha pedido un informe urbanístico y un certificado de compatibilidad para saber si sus pretensiones son legales dentro del Plan General de Ordenación. «Por ahora, no se ha presentado ningún proyecto de obra. Si nos ceñimos al PGOU, su propuesta cumple los requisitos, porque se trata de suelo industrial, pero es cierto que linda con una demarcación donde viven muchas familias. Su actividad no es peligrosa, porque no está previsto incluir ningún crematorio, aunque moralmente, nuestros vecinos y vecinas pueden sentirse molestos. Así se lo he trasladado a los propietarios de la compañía interesada. Al final, creo que lo mejor es que vayamos todos en el mismo sentido y se encuentre una solución beneficiosa para las partes implicadas. Tampoco creo que al negocio le interese entrar con mal pie en un sitio donde busca hacer nuevos clientes», explicó Salom.
Mirada en los niños
Los padres y madres afirman que no quieren ver a sus hijos jugar cerca de un ambiente de tristeza, ni tampoco quieren presenciar a diario un panorama «desagradable» de gente que visita a un difunto. Además, también hacen referencia a los problemas de tráfico en una zona castigada por la falta de aparcamiento. «¿A quién le gustaría tener delante de su vivienda un tanatorio? Me creo que nadie aceptaría», declararon. Entre las consecuencias negativas, también está la degradación inmobiliaria y apuntan a que existen otros locales donde generaría «menos incomodidad».
