Los clubes valencianos de fútbol sala de 2ª B se han levantado en pie de guerra contra el comité nacional de la Real Federación Española de Fútbol. Tras conocer el jueves de forma no oficial que tres de los cuatro equipos valencianos (Alzira, Ibi y Elda) iban a jugar en un grupo donde se enfrentarían a equipos del País Vasco, Navarra y Castilla-León, el viernes por la mañana se pusieron en contacto con el ente federativo estatal para mostrar su disconformidad y por la tarde comprobaron que no se les había hecho ningún caso. Los tres clubes tuvieron entonces que renunciar formalmente por la mañana para no enfrentarse a la multa de 6.000 euros, el descenso de dos categorías y no poder ascender las dos siguientes temporadas si se retiraban cuando los grupos ya estuviesen aprobados.

«Con la renuncia de tres equipos esperábamos que la Federación se diese cuenta de que algo no habían hecho bien y rectificasen», explicó el presidente del Alzira FS, Vicent Fontana. Pero nada de eso ocurrió. La RFEF no retocó ningún grupo y retiró a los clubes valencianos con la intención de ofrecer dichas plazas a otros equipos, haciendo caso omiso a las peticiones y que el fútbol valenciano solo estuviera representado por el Segorbe FS en la categoría de bronce.

Con el grupo confeccionado por la Federación, el Nítida habría tenido que recorrer más de 14.000 kilómetros (entre ida y vuelta) para visitar a 4 equipos vascos, 2 navarros, 4 aragoneses y 3 castellano-leoneses (como el Burgos y el Universidad de Valladolid). Otra opción, factible, habría sido un grupo con los cuatro equipos valencianos y otros tantos aragoneses, los dos navarros, tres castellano-manchegos y tres murcianos.

O, como mal menor, entrar en el grupo llamado «de Madrid» (el IV) ya habría rebajado el kilometraje a unos 11.500 km., 2.500 menos. «En una categoría donde los jugadores no van a cobrar, no podemos arrancarles de sus familias todo el fin de semana cada quince días», indicó Fontana.

En la disposición aprobada de grupos hay dos comunidades muy beneficiadas a parte de las dos provincias canarias: Catalunya y Madrid. Catorce equipos pertenecen a la provincia de Barcelona y ocho a la Comunidad de Madrid. Estos últimos iban a recorrer 4.000 km en toda la liga con la decisión inicial del comité. Si ahora jugasen contra los valenciano, algo más de 6.500, 5.000 menos que los valencianos y 8.000 menos si los ribereños hubiesen jugado en el grupo «vasco». Los cuatro equipos afectados se han reunido durante el fin de semana con el secretario general de la Federación Valenciana, Salvador Gomar y el representante de la FFCV de fútbol sala en la Española, Damián López. Éste indicó a los clubes que «cuando fue a la reunión el jueves los grupos ya estaban aprobados y ninguna federación se oponía excepto la nuestra». Ahora, la intención es acudir al propio presidente de la RFEF, Luis Rubiales, y al secretario general, Javier Sáez.

Los equipos van a enviar una propuesta de redistribución de clubes, ya que por ejemplo hay otra incoherencia: la de haber ubicado al Albense, de Alba de Tormes (Salamanca) en el grupo de gallegos y asturianos en lugar de haber situado al Burgos y a los charros para enfrentarse a madrileños o cacereños. «Es muy injusto que ocho clubes madrileños y catorce barceloneses hagan desplazamientos de 20 a 40 kilómetros».

Otra opción que se ha planteado es que el Guadalajara pase al grupo de vascos y navarros pero los de la Alcarria se niegan, como ha hecho el Nítida o el Ibi cuando les han ofrecido dinero para desplazamientos o alojamiento. «No queremos dinero, solo jugar contra equipos más próximos» añadió Fontana. Una última posibilidad pasaría porque el Nítida Alzira jugase en el grupo catalán (ya lo hizo hace más de una década) lo que crearía una liga de 17 equipos y los alicantinos en el de Madrid, donde jugarían 18. El viernes volverá a reunirse el comité nacional para elaborar el calendario.