Sin duda alguna, y a pesar de que en los últimos años parece que entramos en un periodo en el que se empieza a vislumbrar la luz, son muchas las familias que aún viven momentos profundos de crisis. Con el cierre de los centros educativos al finalizar el curso lectivo de forma paralela también cierran los comedores, lo que causa que muchos niños y niñas que tienen acceso a la comida gracias a estos comedores se ven perjudicados en e día a día.

El Ayuntamiento de Cullera, consciente de esta realidad social, ofrece durante los meses de julio y agosto el servicio de comedor social para garantizar la alimentación a menores de familias de la localidad en riesgo de exclusión social. Es el cuarto año consecutivo que se aplica esta medida por parte de la concejalía de Servicios Sociales, dirigida por Francesca Ortiz. La responsable de área social del consistorio visitó el comedor ayer al mediodía y ha aprovechó para hacer balance de la evolución que durante estos años han tenido las políticas sociales del municipio.

«El comedor hoy es un complemento a las actividades lúdicas y educativas que se ofrecen en el Centre Social del Raval. Afortunadamente, hemos incrementado de forma notable la protección social de las familias con menos recursos y todas tienen garantizada durante todo el año la alimentación en caso de que no dispongan de recursos propios», expuso. La concejala recordó que «en 2015 nos encontramos ante una situación de emergencia social que en algunos casos era muy grave».