Veinte jornadas más, al menos. Es el plazo estimado de días que será necesario para finiquitar la extinción y recogida de los residuos que ha generado el incendio contaminante que se declaró en una nave industrial de Sollana hace más de una semana. El operativo continua en la zona y ayer trabajó sobre el terreno un equipo de bomberos del parque de Torrent. Los restos son recogidos por una retroexcavadora, que los deposita en un camión bañera para ser trasladados.

Los efectivos también realizan tareas de refresco de los residuos calcinados por el fuego, que sigue emitiendo una densa humareda a pesar del paso de los días. Desde la Dirección General de Calidad Medioambiental de la Generalitat apuntaron ayer a este diario que «los materiales que están en el fondo son los más difíciles de tratar y nuestro principal temor reside en que reaparezcan las llamas en algún momento. Es una parcela complicada, ya que se trata de un recinto cerrado y con mucho residuo almacenado. Para los bomberos, por ejemplo, entrar dentro conlleva gran peligro porque lo más seguro es que la estructura acabe cediendo hasta hundirse».

También detallaron las diferencias con el incendio declarado hace dos días en Silla: «Hablamos de un planta de tratamiento de cartones que está al aire libre y ya está apagado. En Sollana queda trabajo para varias semanas por todos los factores comentados». La situación ha causado que se apueste por doblar los turnos de trabajo en la zona: los bomberos permanecerán día y noche para acelerar las tareas. Para ello, la Generalitat destinará más recursos económicos mediante un crédito financiero extraordinario. «Es una medida que se puede ejecutar ante una situación de este tipo», comentaron fuentes del dispositivo de extinción.

Estaciones de control

Una de las medidas que se adoptó en los primeros compases del operativo fue la instalación de dos estaciones de medición de calidad del aire para controlar las corrientes encaminadas hacia las poblaciones de Benifaió y Sollana. Los técnicos explicaron que en el caso de Benifaió no se han registrado mediciones importantes, algo que sí ha ocurrido cuando el viento gira hacia Sollana: «Se registran picos de partículas en suspensión cuando hay una corriente fuerte, pero en ningún momento son datos preocupantes ni perduran en el tiempo. Lo que está claro es que si algún residente tiene problemas de respiración y ve humo al salir a la calle lo mejor es que se quede en ese momento en casa por precaución», matizaron las mismas fuentes.

Vicent Ferrer, actual alcalde de Sollana, comentó que «es un humo parecido al que se producen en la quema de la paja del arroz. En el bando municipal explicamos todos los días la situación. Yo he participado esta mañana en una reunión en el Puesto de Mando Avanzado (PMA) y hemos hablado del problema de la afección del aire».

Evitar una catástrofe

Los resultados de las mediciones de la calidad del agua tardarán más. El primer edil comentó que «si un agricultor se ha visto afectado se le indemnizará, tal y cómo se suele hacer en estos casos. Desde un primer momento se apostó por cavar una zanja para acumular el agua que entra en contacto con los materiales del incendio. Además, las bombas utilizan este mismo caudal, por lo que se ha usado un circuito cerrado». «Es cierto que se ha utilizado mucha agua y aún se sigue haciendo. Al coordinar un dispositivo para contenerla hemos evitado una catástrofe natural, que es lo que hubiera pasado si todo ese caudal se hubiera vertido en l'Albufera», expuso. La preocupación de una posible filtración a través los acuíferos está ahí y especialistas en la protección del parque natural también participan en las reuniones coordinadas a diario.