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última carta a Ricard Peris

última carta a Ricard Peris

amigo Ricardo, el pasado 25 de junio te dimos el último adiós, pero ahora quiero darte esta carta de recomendación para que la utilices donde quieras y como quieras aunque creo que no te hará mucha falta porque, como hombre de fe, vas bien acompañado por una buena cuadrilla de personas «angelicales» a los que has dedicado toda tu vida e incluso has tutelado, y harán que el jefe supremo no olvide sus palabras: «Lo que hicisteis a uno de estos pequeños, los más desfavorecidos, a mí me lo hicisteis». Pero, hora, tengo la ocasión de escribir en esta carta abierta algunas cosas que ya te dije públicamente en vida, que es cuando hay que reconocerle a un amigo sus valores sin tener que esperar a este momento, las cuales llenaron de cierta alegría tu preocupado ánimo por el momento agridulce que estabas pasando coincidiendo con la concesión a tu persona del «Guardó d'Honor» de Algemesí en 2006.

Para quienes te hemos conocido, no hace falta que reseñe ahora todas las iniciativas pioneras que en los 60, 70 y 80 pusiste en marcha en favor de las personas con diversidad funcional o con alguna discapacidad ya que la mayoría de las personas de Algemesí y de nuestra comarca las conocen. Quiero resaltar la gran idea de utilizar la labor agrícola, los invernaderos, el cultivo de plantas, el cuidado de la flor cortada y los talleres de montaje en el «Centro Cooperativa la Salut», como instrumentos terapéuticos para la formación integral, para la autonomía personal y para la inclusión social de los jóvenes con discapacidad intelectual y del desarrollo. Recuerdo que venían de otras autonomías a ver y a copiar vuestra experiencia y nunca cerraste las puertas a nadie, al contrario, compartiste con todo el sector, que en aquel momento estaba despertando de su ignorancia en este campo, todas las iniciativas e innovaciones que, con tu buen equipo de profesionales, pusiste en marcha.

Esta experiencia te motivó a hacer realidad el lema de «La unión hace la fuerza» y aglutinaste a un grupo de personas que, en la ciudad de Gandía, fundamos la Coordinadora de Centros Ocupacionales del País Valencià, Copava, de la que durante varios años fuiste presidente, elegido democráticamente como no podía ser de otra manera, como en todos los cargos que has ejercido. Esta coordinadora ha sido y está siendo en la actualidad uno de los pilares fundamentales para los centros y servicios que prestan apoyos a personas con diferencias funcionales, valor reconocido por la Administración Autonómica, por los Sindicatos y por el mismo sector, considerado como uno de los mejor organizado y coordinado para negociar, protestar, estudiar y reivindicar leyes, figuras profesionales y financiación suficiente y puntual, pero sobre todo, para hacer que se respeten los derechos de las personas con discapacidad intelectual y de sus familias.

Cuando mucha gente pasa ahora por la Avenida de los Deportes de Alzira, no identifica la obra social de la «Residencia Carmen Pico» con tu persona porque no saben que, siendo tú colaborador de Prosub, moviste tierra y cielo para conseguir la construcción de dicha infraestructura social dedicada a las personas con discapacidad intelectual que necesitan muchos apoyos y una ayuda integral para su vida diaria y más tarde conseguiste que la Administración Autonómica se hiciera cargo de dicha residencia, después de haber sufrido las obras a medio hacer la envestida de las aguas de dos riadas.

Una segunda etapa de tu vida, estuvo dedicada a la constitución de la Federación Patronal de Entidades Privadas sin finalidad de lucro, FEAD, que aglutina empresas de centros y servicios especializados para personas con diferencias funcionales. Y conseguiste que esta patronal fuera reconocida como interlocutora capaz y representativa para negociar uno de los mejores convenios laborales del sector, envidia para otras autonomías, y para el establecimiento de un sistema de financiación de centros que, aunque con ayudas graciables, conseguiste que fueran lo más puntuales posibles. Tristemente, no llegaste a disfrutar de sistema de «Conciertos», aspiración justa por la que siempre luchaste y que ahora estamos casi a punto de conseguir. Como ves, tu labor aún está dando frutos. En mis visitas a tu casa en estos últimos meses, nunca te conté, por no marearte, que esta patronal estaba teniendo ahora muchos novios al ser considerada como imprescindible para la interlocución, con la actual Consellería en su proyecto, que siempre fue también el tuyo, de llegar a que nuestros centros y residencias fueran «centros concertados».

Conseguiste hacer de Algemesí, con el Centro Ocupacional la Salut y con la Residencia «Solidaritat» un punto de referencia obligado para todas las entidades, asociaciones de familias y ayuntamientos democráticos que quisieron embarcarse en esta obligación social con su ciudadanía, de equipar a sus pueblos y ciudades con centros y servicios para personas con diversidad funcional, sin olvidar, que durante mucho tiempo, Algemesí fue una de las pocas poblaciones mejor equipadas para atender a las personas con discapacidad intelectual con la reconocida profesionalidad de sus trabajadoras y trabajadores pero siempre con el calor de un verdadero hogar, siguiendo la misión con la que nacisteis en aquella casa entre naranjos y junto a la chimenea donde se hacían las reuniones.

Amigo Ricardo, como te dije cuando te concedieron el «Guardó d'Honor» de Algemesí, espero que hayas visto cumplidas todas tus esperanzas porque, donde has llegado, estoy seguro que no premian a los «divinos» sino a los humanos con defectos que han trabajado por los más desfavorecidos. Descansa en paz.

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